Estilos de aprendizaje: Actividades para las cuatro fases

a.      Actividades para actuar (Estilo activo)

Todas las actividades que permitan la participación activa del alumno trabajan esta fase. Algunos ejemplos son las actividades de laboratorio y el trabajo de campo. En general el trabajo en proyectos y todas las actividades que supongan conseguir algo concreto. También el trabajo en equipo, las tareas poco estructuradas en las que los alumnos puedan explorar distintas posibilidades.

b.      Actividades para reflexionar (Estilo reflexivo)

Esta fase necesita de actividades que permitan a los alumnos pensar sobre lo que están haciendo. Por ejemplo, diarios de clase, cuestionarios de auto-evaluación, registros de actividades y la búsqueda de información. Para cubrir esta fase en el aula necesitamos crear oportunidades (por ejemplo, actividades en grupos pequeños) que les permitan comentar con sus compañeros lo que están haciendo, para que hablen y se expliquen unos alumnos a otros.

c.      Actividades para teorizar (Estilo teórico)

Esta fase requiere actividades bien estructuradas que le ayuden a los alumnos a pasar del ejemplo concreto al concepto teórico. Un ejemplo son las actividades en las que tienen que deducir reglas o modelos conceptuales, analizar datos o información, diseñar actividades o experimentos o pensar en las implicaciones de la información recibida.[1]

d.      Actividades para experimentar (Estilo pragmático)

En esta fase se parte de la teoría para ponerla en práctica. Las simulaciones, el estudio de casos prácticos y diseñar nuevos experimentos y tareas son actividades adecuadas para esta fase. También las actividades que les permiten aplicar la teoría y relacionarla con su vida diaria.


[1] Ezcurra, M. (1991).   Adaptación  del   Inventario  de Estilos de Aprendizaje de Kolb. Tesis para optar el grado  de  Licenciado  en  Psicología.  Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.