Al igual que en el caso de los terminales de ferrocarril, su estructura está determinada por el tipo de operación que realizan, el manipuleo de la carga y la variedad de productos que manejan.
La mayoría de ellos cuenta con cierto número de facilidades básicas que comprenden un embarcadero (plataforma para cargar), equipo para el manipuleo de carga y aparcaderos.
Dado que la congestión se ha convertido en un problema serio, se requieren zonas de circulación amplias para un funcionamiento eficiente del terminal.
Sólo en algunos países en desarrollo (por ejemplo, los nuevos países en vías de industrialización, NIC) funcionan terminales de transporte carretero; en otros, sólo algunas instalaciones provisionales (patios pavimentados o no pavimentados, con áreas edificadas mínimas) hacen las veces de terminal.
Un terminal bien establecido tiene capacidad para recibir cargas que comprenden cierto número de embarques que no constituyen, por sí mismos, una carga completa (full load), y que son transportados en vehículos que realizan trayectos cortoso o largos.
Las cargas se separan y se seleccionan de acuerdo con su lugar de destino, y se consolidan con otras cargas. Todas estas operaciones se llevan a cabo en el embarcadero y, cuando es necesario, los distintos embarques son almacenados en las bodegas del terminal.
El equipo de manipuleo de carga está compuesto por elementos móviles, fijos y semifijos. Entre los primeros se encuentran camiones pequeños, barras de hierro, montacargas para paletas, tractores y remolques, bandas transportadoras y con rodamientos, grúas móviles, plataformas de izado, etc.
Los segundos incluyen poleas y aparejos, elevadores, bandas transportadoras, cargadores de espiral, grúas pórtico móviles, plataformas con rodamientos.