BENEFICIOS DE LA CONCILIACIÓN PARA LA SOCIEDAD, EMPRESAS Y PERSONAS: BENEFICIOS PARA LA PERSONA

• Autorrealización y crecimiento personal
A pesar de que en bastantes empresas se trata de hacer un diseño de los puestos de trabajo que enriquezca y permita el desarrollo y la satisfacción de necesidades sociales y psicológicas, en la gran mayoría es difícil conseguirlo, por no decir imposible. Muy pocos puestos de trabajo consiguen implicar efectivamente la totalidad de las facetas de la persona, su desarrollo emocional, grupal y de autorrealización.

Para su desarrollo integral es fundamental disponer de tiempo libre, así como de un tiempo adecuado de ocio para aficiones e intereses culturales, deportivos y asociativos. Este enriquecimiento personal, además, repercutirá positivamente en la empresa, ya que un empleado autorrealizado rendirá siempre mejor que uno que no lo esté.

• Tiempo y vida familiar de calidad
La presión temporal a la que se ven sometidas las personas trabajadoras debido al alargamiento de su día laboral y el desajuste entre sus horarios y los de sus hijos, o simplemente el agotamiento físico y psicológico derivado de la situación anterior, son factores que recortan el tiempo disponible para disfrutar de la vida familiar y empobrecen el poco que de éste queda.

Esta situación se ha hecho tan habitual que ya casi puede hablarse de ella como un modelo familiar específico y prácticamente asumido entre la población que, sin embargo, pueden ser cambiado a través de políticas y prácticas coherentes de conciliación.

• Enriquecimiento interpersonal
Una de las facetas de mayor peso en el sentimiento de autorealización es el contacto social, el desarrollo de la amistad y de las relaciones sociales. La falta de tiempo repercute en este sentido negativamente sobre muchos trabajadores y trabajadoras que se ven limitados a su grupo de trabajo dentro de la empresa y a su familia.

Surge de esta forma en muchos casos un sentimiento de incomunicación y de soledad, incluso entre aquellos que disfrutan de relaciones laborales saludables y enriquecedoras. En el peor de los casos, este aislamiento social puede derivar incluso en fuertes depresiones o en alteraciones psicológicas de otra naturaleza.

• Mejora del clima laboral, de la identificación y el compromiso con la empresa
Las posibilidades para compaginar la vida laboral, familiar y personal que la empresa pone a disposición de los trabajadores y trabajadoras mejoran claramente su calidad de vida. Sin embargo, esta mejora no solamente puede ser sentida en su vida privada, sino que repercute tanto directa como indirectamente en la mejora de las relaciones laborales y en el clima laboral dentro de la propia empresa, facilitando al mismo tiempo la comunicación entre mandos y personas a su cargo y la comprensión de intenciones por ambas partes.

Estas mejoras, junto con el hecho de sentirse valorados y respetados como personas en su entorno laboral, hacen que aumente el compromiso de los trabajadores y trabajadoras con la organización, creándose un pacto implícito que podría ser formulado como “vosotros os preocupáis por mí, por mi satisfacción y mi bienestar, yo me preocupo por vosotros”. Este pacto implícito supone la base de todo orgullo corporativo.
• Contratación de personas clave
Según el estudio de IFREI, éste es percibido como el problema más acuciante al que han de hacer frente. La existencia de una política de conciliación públicamente conocida y valorada aumenta el atractivo de la empresa como lugar de trabajo, incrementando tanto la posibilidad de retención de los empleados como la demanda externa de trabajo y, con ello, las posibilidades de una mejor selección de personal.

• Reducción del absentismo
Se calcula que un alto porcentaje de absentismo se produce por la inflexibilidad de horarios y demás prácticas de no conciliación en las empresas. Para muchos trabajadores y trabajadoras, el absentismo es la única vía para poder hacerse cargo en momentos puntuales de familiares o personas allegadas con problemas de salud, así como de numerosos imprevistos de la vida diaria.

También es frecuente que, debido al estrés producido por las dificultades que plantea la falta de medidas de conciliación, la salud de la persona trabajadora se vea deteriorada, produciendo de esta forma bien absentismo, bien la necesidad de baja laboral. Las empresas que han introducido prácticas de conciliación, han visto reducido el absentismo.

• Reducción de la rotación y de los costes derivados de ella
La contratación de personal nuevo con el fin de sustituir a los trabajadores y trabajadoras que por algún motivo han de abandonar la empresa, o por insatisfacción con las condiciones de trabajo o por problemas de conciliación, es muy habitual dentro de las empresas, absorbiendo recursos tanto humanos como económicos. Los costes en los que han de incurrir en este tipo de casos derivan tanto del proceso de búsqueda y selección para el puesto de trabajo que queda vacante como de la disminución de la productividad hasta que el trabajo vuelve a quedar ocupado y, una vez que lo es, la menor productividad hasta que el nuevo empleado o empleada domina todos los aspectos de su nuevo puesto de trabajo.

• Reducción de los costes de sustitución
La aplicación de medidas de conciliación contribuye a la reducción del tiempo de excedencia, así como al aumento de la probabilidad de reincorporación de la persona trabajadora tras ésta. Cuanto menor es el tiempo de sustitución, menores resultan los costes, tanto porque se facilita la redistribución del trabajo entre el resto de los trabajadores y trabajadoras, como por la posibilidad que brinda de sustitución.

• Reducción de los costes de reincorporación
La descualificación profesional y la pérdida de hábitos de trabajo relacionada con las ausencias prolongadas también encuentran solución en la introducción de medidas de conciliación. Además, la reincorporación tras una reorganización del trabajo o de sus condiciones concretas, innovaciones o cambios de estrategia, hace necesario un proceso de recualificación y una adaptación al nuevo puesto que generan costes asociados a la formación y a la reducción de productividad laboral inicial.

• Mejora de la productividad y del servicio
Numerosos estudios en el ámbito de los recursos humanos han puesto de manifiesto que la reducción de la presión laboral y del estrés, así como la satisfacción profesional derivada de la posibilidad de compaginar la vida laboral, familiar y personal, influyen positivamente en primer lugar en la dedicación de la persona a su trabajo y, como consecuencia de lo anterior, en la calidad de éste.

La falta de medidas de conciliación es un incentivo para aquellas situaciones en que las personas, pese a estar físicamente en sus trabajos, están mentalmente ausentes, sea por estar física o psicológicamente agotadas o estresadas, o por estar preocupadas por alguna situación familiar o personal, con la cabeza ocupada tratando de resolver aspectos de su vida privada a los que no pueden atender.

• Aumento de la reputación corporativa y de la fidelización del cliente:
El incremento acelerado de la competencia empresarial acrecienta la importancia de determinados factores que, en momentos menos competitivos, han podido ser considerados extra-comerciales, pero que en la actualidad contribuyen a hacer más atractivos los servicios y productos ofrecidos y, sobre todo, la imagen de la empresa, posibilitando la fidelización de la clientela en virtud de su sintonía con los valores de ésta o simplemente de la simpatía que estos factores pueden despertar en el público hacia la imagen y el prestigio social de aquella.

Éste es el motivo por el que en los últimos años muchas empresas han adoptado planes de Responsabilidad Social Corporativa y, más concretamente, medidas de conciliación laboral, familiar y personal, siendo conscientes de que el primer paso para un reconocimiento externo es el reconocimiento interno, la buena publicidad que de ella hagan sus trabajadores y trabajadoras.