Contrario a las concepciones en las que se destacaba lo que los niños no pueden aprender ni hacer, a partir de la idea central del período preoperatorio y sus derivaciones (no conservación, egocentrismo, dependencia de la percepción, incapacidad para entender relaciones causales, inconsistencia) que aún prevalecen con respecto a los niños pequeños, actualmente se ha demostrado que desde muy temprana edad construyen conceptos y logran aprendizajes complejos. Se piensa que los niños hasta más o menos los siete años son capaces de razonar acerca de conceptos abstractos o elementos que no son obvios, sin embargo la experiencia muestra que al año y los dos años tienen gran facilidad para la adquisición de conceptos, esto se comprueba al notar las palabras que incorporan y la comprensión de los conceptos y significados de las mismas (PEP´04).
El desarrollo y el aprendizaje son dos procesos distintos pero interrelacionados. En contraste con el supuesto de que la madurez antecede al aprendizaje se ha demostrado de que no hay una relación lineal entre ambos procesos, sino que se impactan e influyen mutuamente e incluso, el aprendizaje puede apresurar y hasta originar el desarrollo.
En los procesos de desarrollo cobra relevancia especial el ámbito cognitivo y del lenguaje, el social-afectivo y el físico, si en su búsqueda y desarrollo se enfrenta al niño a retos verdaderos y se le brindan los apoyos necesarios para avanzar de un nivel de logro con ayuda a uno independiente, en la medida en que enfrenten tareas difíciles, pero que estén en condiciones de resolver, surgirá un nuevo nivel de desempeño, y es en este proceso que adquieren no sólo conocimientos, sino habilidades, estrategias para actuar y nuevas conductas. Las anteriores puntualizaciones son las que fundamentan el nuevo programa de de Educación Preescolar, pues dan evidencias tanto de capacidades de los niños como de sus potencialidades, o sea todas las posibilidades de aprendizaje de los niños, pero no las que se dan por naturaleza, sino las que requieren de una intervención educativa intencionada y sistemática.
Reconocer que el niño llega a la escuela con saberes adquiridos con anterioridad implica para el educador dar continuidad a esto y para ello debe contar con los elementos clave para poder tener una visión lo más certera posible de los avances que en los diferentes ámbitos han adquirido los alumnos que conforman su clase.
Su diseño se encuentra centrado en 12 propósitos fundamentales que deben guiar la Educación Preescolar y que a continuación se enuncian:
- Desarrollar un sentido positivo de sí mismos; expresen sus sentimientos; empiecen a actuar con iniciativa y autonomía, a regular sus emociones; muestren disposición para aprender, y se den cuenta de sus logros al realizar actividades individuales o en colaboración.
- Ser capaces de asumir roles distintos en el juego y en otras actividades; de trabajar en colaboración; de apoyarse entre compañeras y compañeros; de resolver conflictos a través del diálogo, y de reconocer y respetar las reglas de convivencia en el aula, en la escuela y fuera de ella.
- Adquirir confianza para expresarse, dialogar y conversar en su lengua materna; mejoren su capacidad de escucha; amplíen su vocabulario, y enriquezcan su lenguaje oral al comunicarse en situaciones variadas.
- Comprender las principales funciones del lenguaje escrito y reconozcan algunas propiedades del sistema de escritura.
- Reconocer que las personas tienen rasgos culturales distintos (lenguas, tradiciones, formas de ser y de vivir); compartan experiencias de su vida familiar y se aproximen al conocimiento de la cultura propia y de otras mediante distintas fuentes de información (otras personas, medios de comunicación masiva a su alcance: impresos, electrónicos).
- Construir nociones matemáticas a partir de situaciones que de-manden el uso de sus conocimientos y sus capacidades para establecer relaciones de correspondencia, cantidad y ubicación entre objetos; para estimar y contar, para reconocer atributos y comparar.
- Desarrollar la capacidad para resolver problemas de manera creativa mediante situaciones de juego que impliquen la reflexión, la explicación y la búsqueda de soluciones a través de estrategias o procedimientos propios, y su comparación con los utilizados por otros.
- Interesarse en la observación de fenómenos naturales y participen en situaciones de experimentación que abran oportunidades para preguntar, predecir, comparar, registrar, elaborar explicaciones e intercambiar opiniones sobre procesos de transformación del mundo natural y social inmediato, y adquieran actitudes favorables hacia el cuidado y la preservación del medio ambiente.
- Apropiarse de los valores y principios necesarios para la vida en comunidad, actuando con base en el respeto a los derechos de los demás; el ejercicio de responsabilidades; la justicia y la tolerancia; el reconocimiento y aprecio a la diversidad de género, lingüística, cultural y étnica.
- Desarrollar la sensibilidad, la iniciativa, la imaginación y la creatividad para expresarse a través de los lenguajes artísticos (música, literatura, plástica, danza, teatro) y para apreciar manifestaciones artísticas y culturales de su entorno y de otros contextos.
11. Conocer mejor su cuerpo, actúen y se comuniquen mediante la expresión corporal, y mejoren sus habilidades de coordinación, control, manipulación y desplazamiento en actividades de juego libre, organizado y de ejercicio físico.
12. Comprender que su cuerpo experimenta cambios cuando está en actividad y durante el crecimiento; practiquen medidas de salud individual y colectiva para preservar y promover una vida saludable, así como prevenir riesgos y accidentes.
Para crear un ambiente propicio al aprendizaje en el aula y en la escuela a través de prácticas congruentes con los propósitos fundamentales, el programa incluye los principios pedagógicos, así como criterios para la planificación, el desarrollo y la evaluación del trabajo educativo, a pesar de hacer mención a la evaluación inicial en el programa no se explica cómo es el proceso de la misma y tampoco se cuenta con una evaluación diagnóstica para realizarla, es por ello que la tarea es diseñarla, para constatar los conocimientos previos de manera concreta y objetiva en los preescolares que ingresan por primera vez al jardín de niños, complementándose con las observaciones de la docente en el aula, las entrevistas con padres de familia, con los niños y el análisis de productos de trabajo de los pequeños en los primeros días de labores.
Las competencias por campo formativo que se deben desarrollar con los niños en el jardín se definen con base en los propósitos fundamentales que con anterioridad fueron abordados y se concentran en aspectos.
Para el docente de preescolar es necesario realizar un buen diagnóstico y adecuarlo a las situaciones y estrategias didácticas en el aula de tal forma que la planeación didáctica responda a las habilidades con las que cuentan sus alumnos buscando siempre que aprendan nuevas, con el afán de que estos conocimientos le sirvan para su vida diaria y para enfrentar problemas de la vida cotidiana, ¿qué es lo que debe entonces la educadora saber de sus niños?, definitivamente lo más posible y con respecto al aprendizaje y sus conocimientos, lo más significativo con que cuenten de cada uno de los campos formativos, para ello es necesario reconocer que los niños al ingresar a la escuela han construido aprendizajes, lo que implica dar continuidad a ese proceso, para ello el educador debe organizar su trabajo cotidiano buscando situaciones educativas de una manera dinámica y diversificada, congruente con las características de los niños pequeños que desde muy temprana edad desarrollan, por ejemplo tienen la capacidad para captar las intenciones, estados emocionales de otros y para actuar en consecuencia, en un marco de interacciones y relaciones sociales, llegan al jardín de niños con aprendizajes sociales influidos por las características particulares de su familia y del lugar que ocupa en ella.
En las primeras interacciones con su madre y las personas que lo rodean, los niños escuchan palabras, expresiones; experimentan sensaciones que les provocan las formas de trato, están familiarizados con las palabras, la fonética, el ritmo y la tonalidad y la comprensión del significado de las palabras y las expresiones de la lengua que están aprendiendo. Saben que pueden usar el lenguaje con distintos propósitos.
Al igual que en el lenguaje oral, los infantes llegan al jardín de niños con ciertos conocimientos sobre el lenguaje escrito, saben que las marcas gráficas dicen algo, tienen significado y son capaces de interpretar las imágenes que acompañan a los textos y cuentan con algunas ideas sobre las funciones del lenguaje escrito.
El ambiente natural, cultural y social en que viven -cualquiera que este sea- provee a los niños pequeños de experiencia que de manera espontánea los lleva a realizar actividades de conteo, las cuales son una herramienta básica del pensamiento matemático.
Desde edades tempranas se forman ideas propias acerca de su mundo inmediato, tanto en lo que se refiere a la naturaleza como a la vida social, empiezan a reconocer los papeles que desempeñan los miembros de su familia, los rasgos que caracterizan su forma de vida a través de las actividades que hacen con regularidad, y entender para qué sirven los medios de comunicación, entre muchas otras cosas.
Desde los primeros meses los niños juegan con su cuerpo, centran la atención visual y auditiva en objetos coloridos o sonoros, reaccionan emocionalmente hacia la música y el canto, se expresan a través del canto, de la risa y la voz.
Conforme crecen, son capaces de crear representaciones de los objetos de su entorno con dibujos reconocibles; mediante este proceso van descubriendo las posibilidades que tienen para moverse, desplazarse y comunicarse a través del cuerpo.
En sus juegos son capaces de acordar y asumir roles, imaginar escenarios, crear y caracterizar personajes que pueden o no corresponder a las características que tienen originalmente.
Cuando llegan a la Educación Preescolar han alcanzado altos niveles de logro en las capacidades motrices gruesas y finas (coordinan el movimiento de su cuerpo y mantienen el equilibrio).
Los niños aprenden jugando, de esta manera asimilan su realidad; es una actividad esencial de la infancia, ya que permite la expresión de emociones, en el juego el niño inventa personajes, imita papeles.
Mediante la actividad lúdica el niño libera tensiones, sueña crea, externa sus pensamientos, manifiesta su curiosidad, resuelve problemas y aprende.
Tomando en cuenta lo anterior, se propone que para conocer mayores detalles del niño, al ingresar a la escuela se le aplique una valoración formal inicial que dé cuenta del nivel de avance en el dominio de las competencias de cada uno de los preescolares que se encuentran en el grupo.