Proyectos educativos

El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) nace como una estrategia que responde a las demandas de la Escuela Nueva. Producto de esta coyuntura, los docentes requieren cambios metodológicos en que pueden atender a las necesidades de aprendizaje de aulas cada vez más heterogéneas. El ABP no debe ser una carga en el trabajo del docente, sino que, al utilizar metodologías innovadoras y centradas en el alumno, lo ayudará a lograr los objetivos del curso.

Elementos esenciales.

“Para el diseño de un proyecto Para diseñar un proyecto de forma efectiva, se deben considerar ocho elementos esenciales. Estos deben estar presentes en todo el proceso, así como en la rúbrica de evaluación” (Buck Institute for Education, 2015, P.30).

Conocimientos, comprensión y habilidades clave. El proyecto debe estar enfocado en ayudar a los alumnos a llegar al conocimiento clave de una temática, así como a una comprensión mayor y el empleo de habilidades. Éstas incluyen: el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la colaboración y la autorregulación.

Acción y propósito del proyecto

Una característica importante del ABP es que cada proyecto se ejecuta teniendo en cuenta un fin o producto final. El proyecto genera en los alumnos nuevas preguntas, las cuales ayudan a desarrollar las habilidades blandas, como por ejemplo comunicación efectiva, trabajo en equipo, organización y empatía. Es imperativo considerar, que el producto final debe tener algún propósito relacionado con la comunidad, a esto el ABP lo llama la acción. “El grupo 16 debe convertir lo aprendido en producto cultural con valor social. Debe servir para algo en la comunidad social en la que habita el grupo ya sea el aula, el grado, el nivel, el colegio el distrito” (Vergara, 2015, P. 40)

El maestro ayuda a los alumnos a visualizar los posibles escenarios o contextos donde puede presentar su producto. “La labor del maestro es provocar esta necesidad de actuar” (Vergara, 2015). La acción ayuda a darle sentido al producto y los alumnos cuestionarán para qué les sirve lo aprendido.

Implementación del Aprendizaje Basado en Proyectos

Vergara (2015) brinda algunas recomendaciones para la implementación de esta metodología:

Lo primero que sugiere es la importancia del conocimiento, manejo de información y aplicación del ABP como herramienta que todo docente debe poner en práctica. Asimismo, propone un conjunto de ideas clave para aplicar esta metodología. A continuación, se señalan:

  • Valorar. Otorgar valor a los talentos basándose en el área de nuestra experiencia.
  • Escuchar. Adoptar una actitud empática con los alumnos; esto, además, permite descubrir sus intereses e inquietudes.
  • Tiempo. Respetar las fases y tiempos de cada grupo o persona.
  • Tomar riesgos. Valorar las propuestas creativas de los alumnos.
  • Confianza. Establecer una relación sincera con los alumnos.
  • Tener altas expectativas. El proyecto debe tener como objetivo generar un aprendizaje perdurable y profundo.
  • Esfuerzo. Valorar el esfuerzo y entender que esto es el resultado de personas comprometidas con un proyecto. Cooper & Murphy (2016), afirman que, para alcanzar éxito en un aula durante el proyecto, es necesario promover una cultura de indagación y creatividad. Los maestros pueden fomentar esta cultura creando vínculos, lo cual lleva a la promoción de una relación de aprendizaje dentro del aula. También, ofreciendo recursos de aprendizaje, enseñando a los alumnos a realizar preguntas críticas y promoviendo que asuman retos.

 

Evaluación

La evaluación dentro del AP se plantea y explica en la intención. Se recomienda incluir y mencionar los contenidos y la rúbrica de evaluación durante el proceso inicial. Los alumnos deben tener conocimiento sobre qué se espera, qué se evaluará y cómo se les evaluará. Las rúbricas deben ser claras y explicar los distintos niveles de logro que puede alcanzar el grupo a través del proyecto. La evaluación debe ser continua durante las distintas fases del proyecto, lo que llamamos evaluación formativa. Este tipo de evaluación se basa en diferentes evidencias por parte de los alumnos. Por ejemplo, en el AP se trabaja portafolios y diarios de aprendizaje, que son cuadernos donde el alumno escribe diariamente avances y/o reflexiones del proceso del proyecto. Idealmente, el proceso de reflexión se realiza en distintas etapas del proyecto. Sin embargo, se debe enfatizar en la reflexión final sobre lo aprendido, el proceso del proyecto y los resultados obtenidos.