Hay dos tipos de control: uno externo y uno interno. El primero es aquel que consiste en un conjunto de políticas, normas, métodos y procedimientos técnicos; y es aplicado por la Contraloría General de la República u otro órgano del Sistema Nacional de Control. El segundo es un proceso integral de gestión efectuado por el titular, funcionarios y servidores de una entidad, diseñado para enfrentar los riesgos en las operaciones de la gestión y para dar seguridad razonable de que, en la consecución de la misión de la entidad, se alcanzaran los objetivos de la misma, es decir, es la gestión misma orientada a minimizar los riesgos. (Contraloría General de la Republica, 2014)
Asimismo, el trabajo de Ruano (2001) señala que el control interno es parte de la institución en el marco de un sistema de gestión que, a su vez, está en un plan organizacional, asignación de obligaciones y responsabilidades, información financiera, entre otros procesos destinados a la protección de activos. Entonces, el control interno es un sistema de gestión que involucra a toda una institución con la finalidad de supervisar las responsabilidades de las tareas de los colaboradores a fin de preservar ganancias.
El control interno entra en el proceso de dar e implementar políticas que garanticen una administración eficiente, algo que debe ir acompañado de una adecuada la actitud de los funcionarios en relación a la organización respecto de la voluntad de implementar y mantener el control interno, con el fin último de aminorar y/o erradicar la posible corrupción en la administración. Esto se debe desarrollar a través de un proceso continuo, que debe estar firmemente anclado en la mentalidad del trabajador. (Álvarez ,2007)
Por las anteriores definiciones podemos entender a la variable control interno como aquel que se ejerce para alcanzar el objetivo que una organización se plantea y que para ello se vale de planes, métodos, procedimientos y otras medidas a fin de garantizar que las actividades sean realizadas correcta y organizadamente, del mismo modo, indicadores son planteados para que se llegue a medir el cumplimiento de los objetivos de las áreas de la organización.
Asimismo, el fin último del control interno en toda organización es controlar las actividades de la empresa: sin este no sería posible llevar a cabo una medición correcta y, en consecuencia, las organizaciones no verían un mayor desarrollo puesto al no evaluar sus resultados y según ello llevar a cabo acciones correctivas sobre situaciones riesgosas para la organización.
Importancia del Control interno
Según Contraloría General de la República (2014), el control interno tiene como objetivos 1) la promoción y optimización de la eficiencia, eficacia, transparencia y economía en las operaciones de la entidad, así como la calidad de los servicios públicos que presta; 2) el cuidado y resguardo de los recursos y bienes del Estado frente a cualquier forma de pérdida, deterioro, uso indebido y actos ilegales, así como frente a todo hecho irregular o situación perjudicial que pudiera afectarlos; 3) el cumplimiento de la normas aplicables a la entidad y sus operaciones; 4) la garantía de la confiabilidad y oportunidad de la información; 5) el fomento e impulso de la práctica de valores a nivel institucional; 6) la promoción del cumplimiento por parte de los funcionarios o servidores públicos a fin de rendir cuentas por los fondos y bienes públicos a su cargo y/o por una misión u objetivo encargado y aceptado; y 7) la promoción de valor público con respecto de los bienes y servicios destinados a la ciudadanía.