I. CONCEPTO
La dislexia esta definido como una deficiencia educacional, (dificultad para la comprensión del lenguaje escrito) entre las distintas definiciones y filosofías existen diferencias notables. Hace muchos años el doctor Samuel Orton, neurólogo, acuño el término estrefosimbolia para hacer referencia a los “símbolos distorsionados”. Dicho especialista se propuso clasificar la conducta de los niños que perciben las letras y palabras de derecha a izquierda, de abajo hacia arriba, o experimentan cualquier otra distorsión perceptual. Para designar la misteriosa incapacidad de personas inteligentes para reconocer palabras impresas. El término alexia, o “ceguera para las palabras”, se encuentra todavía muy difundido entre profesionales de distintas especialidades.
Las tres últimas décadas aparecieron otros términos que hace referencia a las personas con incapacidad crónica para la lectura : dislexia, dislexia especifica, disfunción cerebral mínima, lesión cerebral mínima. También se acuñaron designaciones especiales para análogos trastornos del aprendizaje: agrafia y disgrafia, para alteraciones en la escritura : agnosia y disgnosia, para la incapacidad de recordar factores específicos del lenguaje: acalculia y discalculia para la percepción aritmética deficiente. Lamentablemente, no se cuenta aun con una serie única de términos satisfactorios para la comunicación general entre los encargados de tratar los desordenes del lenguaje.
II. TIPOS DE DISLEXIA
El término dislexia puede definirse como incapacidad de procesar los símbolos del lenguaje. Esto significa que el niño no puede cumplir las tareas escolares en que se utilizan los sonidos discontinuos del lenguaje hablado o los símbolos del lenguaje escrito. Como ocurre en todos los casos de inhabilidad, no hay dos niños que exhiban síntomas idénticos. A la vez, ningún niño sufre tampoco el problema con la misma intensidad La dislexia es percibida como un continuo, que va desde las formas más moderadas de confusión de símbolos a síndromes complejos de inhabilidad.
Para alrededor del 15% de la población norteamericana dichos supuestos básicos acerca del aprendizaje de la lectura no son válidos. Los niños disléxicos no logran dominar los símbolos del lenguaje ni su percepción se produce de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Algunos disléxicos no pueden manejar el proceso requerido, para convertir el lenguaje oral en formas simbólicas escritas, proceso que a menudo se denomina “codificación”. Esto significa que dichos niños no pueden codificar por escrito y con exactitud lo que oyen. Otros disléxicos experimentan dificultades para describir el significado de los símbolos, vale decir que no puede “descifrar” lo que perciben en forma impresa.
A. DISLEXIA VISUAL :
El tipo más común de dislexia es la visual. Se trata, en esencia, de la inhabilidad para captar el significado de los símbolos del lenguaje impreso. La dislexia visual no está relacionada con la visión en sí. Los niños con graves deficiencias visuales no son precisamente disléxicos, ya que solo acusan una pérdida de visión. En realidad, la mayoría de las personas que adolecen de dislexia visual obtienen resultados que están dentro de lo normal en los tests de visión. La dislexia visual no radica en una visión deficiente, sino en la imposibilidad de interpretar con precisión lo que se ve.
La mayoría de los que sufren dislexia visual perciben algunas letras invertidas (con la parte de arriba vuelta hacia abajo y la de la derecha vuelta hacia la izquierda). Para tales niños, la lectura de palabras enteras en una oración plantea grandes dificultades. No solo perciben incorrectamente los caracteres individuales, sino que también perciben invertidas las partes de algunas palabras. Cuando se producen estas distorsiones en ejercicios de lectura el pequeño pasa por una experiencia desorganizada, frustrante y carente de sentido. Como consecuencia, hace cuando esté dentro de su alcance para evitar.
Debido a este tipo de percepción alterada, las personas que sufren de dislexia visual se ven obligadas a trabajar con gran lentitud. Dicha lentitud, por lo común, constituye un factor que los docentes interpretan de modo erróneo.
Los disléxicos visuales, por lo general, hallan impedimentos en toda situación que les exija la comprensión de secuencias. Los alumnos no pueden recordar el orden de los meses del año, los días de la semana o, incluso, el día, mes y años de su nacimiento. Los padres y maestros de los alumnos se irritan ante esa costumbre de olvidarse” de cumplir las obligaciones más corrientes o de seguir una serie de instrucciones. Pero, no se trata de un problema de haraganería o rebeldía infantil.
Ocurre, simplemente, que el niño no percibe relaciones seriadas. Su comprensión de las tareas del hogar y de la escuela es tan confusa como su percepción de los símbolos gráficas. Lamentablemente, muchos adultos creen hallarse ante niños irresponsables, cuando en realidad sólo se trata de pequeños muy confundidos.
B. DISLEXIA AUDITIVA :
El tipo de dislexia más difícil de corregir es el que radica en una inhabilidad para percibir los sonidos separados (discontinuos) del lenguaje oral. La dislexia auditiva guarda poca relación con la acuidad auditiva. La mayoría de los disléxicos auditivos poseen una facultad de audición normal, en la medida en que se lo ha podido determinar por medio de tests audiométricos. El impedimento básico es similar al de la “sordera tonal” en el caso de la música, condición que impide la plena apreciación musical en muchos adultos. Dado que el disléxico no puede identificar diferencias leves entre los sonidos vocales o consonantes, le es imposible asociar sonidos específicos con los respectivos símbolos impresos. Como consecuencia, tiene grandes dificultades para el deletreo y la composición. La enseñanza fonética tradicional prácticamente carece de sentido para la mayoría de los disléxicos auditivos: simplemente, éstos no pueden identificar las variaciones discontinuas de los sonidos del lenguaje oral: asimismo, tampoco revisten alguno para ellos las reglas y generalizaciones.
La dislexia auditiva es difícil de corregir porque para el niño se hallan obstruidas las relaciones fundamentales de sonidos y símbolos del lenguaje. Es posible idear tareas y ejercicios especiales para niños, pero dicha acción correctiva requiere una paciencia enorme, tanto por parte del docente como por parte del pequeño. Por regla general, los disléxicos auditivos deben idear sus propios sistemas de memorización visual para encarar ejercicios de deletreo y otras tareas análogas.
Muchos disléxicos dotados de inteligencia llegan a dominar las pautas del deletreo por medio de recursos mnemotécnicos (de memorización).
C. DISLEXIA DISGRAFIA :
Este tipo de dislexia es el que reside en la inhabilidad para coordinar los músculos de la mano y el brazo a los efectos de escribir de manera legible. Muchos niños disléxicos brillantes han sido juzgado erróneamente, debido a que sus maestros no lograron entender sus respuestas por escrito. La escritura de niños aquejados de disgrafía extrema no parece sino una serie de “garabatos”; son muy pocas las letras o palabras que pueden reconocerse en la página. A menudo los alumnos con ese tipo de trastornos llenan página tras página de garabatos, con el solo objeto de demostrar que están trabajando. Por lo general son ellos los únicos que pueden comprender lo que escriben. Esta clase de disléxicos hallan dificultad en aprender a escribir de manera legible, aunque ciertos ejercicios de escritura pueden aumentar la legibilidad de sus trabajos. Por lo común, dichos estudiantes pueden aprender a escribir a máquina, sustituto que les permite comunicarse por medio de la palabra impresa.
La mayoría de los casos de disgrafia la escritura es parcialmente legible. Por lo común, la letra es muy pequeña, con trazos deficientemente formados. Muchas personas que adolecen de disgrafia, empero, tienen letra grande, de trazos quebrados y torpes. La técnica de enseñanza más eficaz consiste en ayudar al estudiante disgráfico a lograr mayor legibilidad, en vez de perfección. Como en el caso de los otros disléxicos, los niños disgráficos no puede satisfacer exigencias de mayor velocidad ni soportar presiones en ese sentido. Los esfuerzos que realizan los docentes con el fin de acelerar o facilitar el perfeccionamiento de esos niños sólo redundan en frustraciones y en un concepto de sí mismos que resultan ser cada menos satisfactorios.
III. CARACTERISTICAS DE LA DISLEXIA :
Un buen índice de esta exigencia es que los niños disléxicos tienen enorme dificultad para dar entonación expresiva a su lectura. La entonación es la consecuencia de tener en consideración lo leído y asimismo de establecer una cierta capacidad anticipadora para prever el sentido completo que va adquiriendo la frase.
El manejo del lenguaje interior, es decir del lenguaje simbólico. El niño disléxico suele encontrar dificultades para evocar la representación mental de la realidad simbolizada. Los síntomas característicos de la dislexia son:
CONFUSION DE SECUENCIAS :
* Noción deficiente del tiempo.
* Noción deficiente del orden cronológico de los hechos.
* Imposibilidad de indicar el día, mes y año de su nacimiento.
* Imposibilidad de repetir los mese del año
* Imposibilidad de repetir días de la semana.
DIFICULTAD PARA SEGUIR INSTRUCCIONES :
* Incapacidad para recordar las tareas cotidianas del hogar.
* Incapacidad para seguir las instrucciones del maestro en el aula.
* Incapacidad para comprender las instrucciones suministradas al grupo : requiere explicaciones individuales.
DEFICIENCIAS DEL LENGUAJE ORAL :
* Fluidez para contar historias o repetir la lección oralmente.
* Análisis correcto de información de otras fuentes (fuera de la lectura).
* Dificultad de recordar los hechos en secuencia correcta.
FALLAS DE COMPRENSION EN LECTURA :
* Incapacidad para precisar las ideas centrales.
* Relación de hecho en secuencia alterada.
* Olvido del sentido de oraciones o párrafos enteros antes de llegar al final del texto.
* Inhabilidad para extraer inferencias a partir de lo leído.
RITMO LENTO DE TRABAJO :
* Dificultad para cumplir ejercicios dentro de ciertos límites de tiempo.
* Sensación de frustración cuando se lo apura.
* Ritmo de trabajo considerablemente más lento que el de sus compañeros.
* Imposibilidad de realizar un trabajo satisfactorio si se le brinda ayuda y concede amplio margen de tiempo.
DIFICULTADES CON EL ALFABETO
• Desconocimiento de la secuencia del alfabeto.
• Omisión de letras en la secuencia alfabética.
• Empleo conjunto de mayúsculas y minúsculas.
• Mezcla de letra: cursiva con letra de imprenta.
• Confusión de letras similares.
• Reversión de algunas letras, de abajo hacia arriba.
• Repetición de canciones o versos para verificar la secuencia alfabética.
• Imposibilidad de sincronizar la voz, los dedos y los ojos mientras verifica su tarea.
CONFUSION DE SIMBOLOS :
• Señales de percepción deficiente cuando los símbolos se trazan en la espalda.
• Percepción invertida de los símbolos.
• Percepción de derecha a izquierda de los símbolos.
• Distorsión de la forma de los símbolos.
• Rotación de la posición de los símbolos.
• Empleo de la B y D mayúsculas en la escritura.
• Confusión de determinados símbolos en la lectura y la escritura.
ERRORES EN LA LECTURA EN VOZ ALTA :
• Reversión de palabras enteras.
• Inversión de letras al comienzo de las palabras.
• Transposición de la l y la r precedidas de otra consonante.
ERRORES GRAMATICALES :
• Cambia de lugar las letras mudas dentro de las palabras.
• No recuerda el orden correcto de las letras
• Ubica mal de e muda.
ERRORES AL COPIAR :
• Se pierde al copiar a distancia de la pizarra.
• Comete errores gramaticales.
• No presta atención a las mayúsculas.
• No presta atención a los signos de puntuación.
• Borraduras frecuentes.
• Escribe encima de la misma palabra para corregir errores.
• Inversión de letras.
• Reversión de palabras enteras.
• Omisiones.
• Agregados.
• Trata de evitar tareas de copia.
IV. CAUSAS DE DISLEXIA :
Hasta el momento es difíciles encontrar una causa unívoca que se puede aplicar como regla general a todos los casos. Las distintas investigaciones relacionadas con la dislexia ponen de manifiesto la diversidad de los fenómenos que se asocian a ella. En realidad, no se ha podido todavía determinar si se trata verdaderamente de causas o de alteraciones concomitantes, que serían síntomas del síndrome de la dislexia, y dependientes de una causa común más general.
La dislexia sería la manifestación, en el campo pedagógico, de una serie de trastornos. En ocasiones pueden presentarse todos los de un modo global, pero es más frecuente que aparezcan algunos de ellos de forma aislada. Estos trastornos son:
MALA LATERALIZACION :
Como ya apuntamos en su momento, los niños que presentan alguna alteración en la evolución de su lateralidad suelen llevar asociados trastornos perceptivos, visoespaciales y del lenguaje que vienen al constituir el eje de la problemática del disléxico.
Según nuestra casuística, la mayor incidencia de casos se da en los niños que no tienen un predominio lateral definido.
La lateralidad en sí influye en la motricidad, de tal modo que un niño con una lateralidad mal definida suele ser torpe a la hora de realizar trabajos manuales y sus trazos gráficos suelen ser incoordinados y en espejo.
El niño zurdo puede o no presentar problemas para la lectura, pero siempre los tiene en su escritura, tanto si escribe con la mano dominante como si lo hace con la adiestrada.
Si escribe con la izquierda, tendrá que realizar una serie de movimientos para ajustarse a la escritura normal de izquierda a derecha, ya que su tendencia natural en un plano horizontal es de derecha a izquierda, con el inconveniente de que, en vez de tirar de lápiz, tiene que ir empujándolo, lo cual es mucho más costoso; además, tendrá una visión incompleta de lo que va escribiendo, pues lo tapará con su propia mano, con el peligro de emborronarlo. Si se trata de un zurdo contrariado tendrá incoordinación motriz, ya que se ve obligado a usar el lado no dominante.
ALTERACIONES DE LA PSICOMOTRICIDAD :
Es muy frecuente que los niños disléxicos; con o sin problemas de lateralidad presenten alguna alteración en su psicomotricidad.
Algunas de ellas ya se han apuntado en términos generales al hablar de las dificultades motrices para el aprendizaje de la lectura y escritura. Se trata de inmadurez psicomotriz, torpeza general de movimientos, así como “poca gracia” en su realización, alteraciones en el tono muscular, etc. En el niño disléxico, estas anomalías no se dan aisladas, sino que acompañan al resto de los trastornos específicos. Dentro de este campo, el niño disléxico, con cierta frecuencia presenta también:
FALTA DE RITMO :
Que se pone de manifiesto tanto en la realización de movimientos que suelen ser disociados y asimétricos, como en el lenguaje con pausas mal colocadas y respiración sincrónica, que se harán patentes después en la lectura y en la escritura.
FALTA DE EQUILIBRIO :
Suelen presentar dificultades para mantener el equilibrio estático y dinámico. Les cuesta mantenerse sobre un pie, saltar, montar en bicicleta, marchar sobre una línea, etc.
CONOCIMIENTO DEFICIENTE DEL ESQUEMA CORPORAL :
Muy unido a la determinación de la lateralidad y a la psicomotricidad está el conocimiento del esquema corporal y, sobre todo, la distinción de derecha-izquierda referida al propio cuerpo. Así, el niño diestro tiene su mano derecha y el zurdo su mano izquierda como puntos de referencia fundamentales sobre los que basar toda la orientación espacial. En cambio, el niño mal lateralizado, al poseer una imagen corporal deficiente, carece de los puntos de referencia precisos para su correcta orientación.
Según M. de Maistre “el cuerpo sitúa al sujeto en el espacio y a partir del cuerpo es como se establecen todos los puntos de referencia por medio de los cuales se organiza toda actividad”.
Así pues, del conocimiento del esquema corporal depende de la estructuración espacial.
DESORIENTACION ESPACIO-TEMPORAL :
Toda la percepción espacial está cimentada sobre la estructura fundamental del conocimiento del propio cuerpo. Se sitúa los objetos teniendo en cuenta la posición del sujeto, de manera que la posición del espacio es relativa; por ejemplo, una calle no tiene realmente ni derecha ni izquierda, dependiendo ésta de la posición en que esté situada la persona.
También el concepto que tenga de arriba-abajo, delante-detrás, referido a sí mismo, lo proyectará en su conocimiento de las relaciones espaciales en general.
Del mismo modo, en la lectura y escritura, el niño tiene que fundarse en sus coordenadas arriba-abajo, derecha-izquierda, delante-detrás para plasmarlas en la hoja de papel y en la dirección y forma de cada signo representado. Así, esquematizando, el niño que no distinga bien arriba-abajo tendrá dificultad en diferenciar letras como la u y la n, la b y la p, etc.; el que no conozca derecha-izquierda, la tendrá en reconocer letras con formas simétricas como d y b, p y q, etc. Se pueden producir también confusiones mixtas como b y q, d y p, que unen ambos tipos de desorientación.
Con respecto a la distinción delante-detrás, su alteración se manifestará más bien en un cambio de las letras dentro de las sílabas, como, por ejemplo: le por el, se por es, y en el cálculo en una inversión de cifras dentro de un número como, por ejemplo, confunde y escribe 45 por 54.
Otro tanto puede decirse en cuanto a la orientación temporal. El niño que presente dificultades para adquirir esta noción, tendrá problemas para los aprendizajes en los que intervengan los conceptos antes-después o estructuras rítmicas. Esto se hace patente en la esfera del lenguaje, ya que éste se realiza en una ordenación temporal. Es frecuente observa en los niños disléxicos un lenguaje disrítmico, con las pausas mal colocadas, o con inversiones orales tales como: “cocholate” por “chocolate”, etc.
En resumen, vemos que la desorientación espacio-temporal, tan unida a la lateralidad mal definida y al deficiente conocimiento del esquema corporal, constituye el vértice central en que confluyen todos los rasgos de la dislexia.
TRASTORNOS DE LA PREPARACION :
Junto a estos desórdenes de la estructuración espacio-temporal, es frecuente encontrar otros vinculados en la percepción auditiva y visual. Sin tratarse propiamente de un déficit, existe a veces una alteración, más bien cualitativa que cuantitativa. Por ejemplo, el niño que no tiene pérdidas auditivas, pero no discrimina os sonidos con la suficiente precisión y confunde unos con otros. Incluso, en ocasiones, la apariencia de falta de audición es tan manifiesta que se ha hecho aconsejable una audiometría, la cual ha dado unos resultados normales. El niño, en estas circunstancias, suele confundir preferentemente sonidos e incluso palabras fonéticamente parecidas. Pone “telota” por “pelota”. “La biblioteca estaba llena de niños”, por “llena de libros”. O en cálculo confunde 11 por 12.
V. IMPORTANCIA DE LA HERENCIA :
Por último, queremos mencionar el hecho, señalado en numerosos trabajos, de la existencia de un factor hereditario desencadenante de la dislexia. Como hemos visto, la dislexia sería la manifestación de una serie de trastornos perceptivos de orientación relacionados con la lateralidad. En consecuencia, de hablarse de unos rasgos hereditarios, habría que referirse a dichos trastornos y no propiamente a la dislexia. En última instancia, seria necesario acudir al estudio de la lateralidad familiar, por ser el rasgo más objetivamente controlable, los trabajos realizados por Chamberlain, Rife, Trankell, etc. y los de Zazzo sobre gemelos, dan unos porcentajes tan dispares que nos impiden llegar a una conclusión definitiva. Sin embargo, nuestra experiencia nos muestra la existencia de grupos de dos e incluso más hermanos que presentan alteraciones de la lateralidad y dislexia. En definitiva, es difícil investigar los antecedentes familiares, pero en muchos casos hemos podido observar que los padres habían presentado trastornos de este tipo.
VI. TRATAMIENTO O RECUPERACION:
Consideran, en esencia, que la dislexia puede corregirse por medio de la estimulación de centros cerebrales inactivos. Este proceso se describe a veces como impronta (imprinting) o entrenamiento de los procesos perceptuales del niño por medio de la repetición continua y perseverante de ejercicios.
EJERCICIOS PERCEPTIVO-MOTRICES :
Dice Lauretta Bender que “existe un constante interjuego o integración entre los caracteres motores y los sensoriales, a los que jamás puede separarse, aunque uno u otro es capaz de avanzar con mayor rapidez durante el proceso de maduración e incluso aparecer como dominante en una cierta etapa de la evolución guestáltica.
Para Koffka toda adquisición motora, aun durante el desarrollo, tiene un componente sensorial. Katz sostiene, asimismo, que el movimiento es una condición necesaria para la percepción, al menos en las primeras etapas del desarrollo.
Por eso, al intentar un aprendizaje positivo, no se deben separar estos dos aspectos, sino que se debe procurar que los ejercicios sensoriales y perceptivos participen también de una actividad motriz. Ya que, precisamente, la dificultad básica del niño disléxicos es perceptiva y psicomotriz, los ejercicios perceptivo-motrices son fundamentales para su reeducación.
COLORES :
Teniendo en cuenta la frecuencia con que aparecen en los niños disléxicos una dificultad para asociar los colores a sus términos verbales es conveniente que es conveniente que, en la recuperación, en este primer nivel, se preste atención a su aprendizaje. De modo concreto, se deben realizar actividades que atienden a:
• Reconocimiento de colores.
• Identificación de objetos de igual color.
• Discriminación de objetos de diferente color.
• Asociación del término verbal correspondiente.
TAMAÑOS:
Los ejercicios sensoriales sobre tamaños facilitarán al niño el aprendizaje de los conceptos fundamentales de grande-pequeño, largo-corto, etc., de los términos verbales correspondientes y su empleo correcto. La adquisición de estas nociones se hará mediante los siguientes ejercicios:
Formación de seriaciones en los dos sentidos de:
Mayor a menor.
Menos a mayor.
Asociación de objetos semejantes o contrarios según su tamaño: grande-grande, grande-pequeño, etc.
FORMAS:
Para llegar a un reconocimiento y distinción de las letras y las palabras es necesario que el niño reconozca y distinga con anterioridad otras formas más sencillas y concretas con las que tiene contacto habitual. El segundo paso será el hacer abstracción de estas formas, representándolas en el papel de modo esquemático, hasta llegar, por último, al reconocimiento de las letras.
Partiendo de esta base, los ejercicios irán encaminados a:
• Distinción de objetos de formas semejantes, como, por ejemplo: “dime las cosas redondas que ves en la clase”.
• Asociación de imágenes, según su forma: “une con una línea los dibujos redondos”.
• Discriminación de formas geométricas”.
• Diferenciación perceptiva forma.
ESQUEMA CORPORAL:
El conocimiento del esquema corporal y de la posición de los objetos respecto al sujeto es un presupuesto básico para la localización de las letras y estructuración de espacio en el que se disponen, ya que el niño disléxico tiene una dificultad específica para la adquisición de estos conocimientos, dentro de los ejercicios para la recuperación, consideramos esenciales los de esquema corporal. En este primer nivel, se centrarán en:
• Conocimiento del propio cuerpo.
• Nociones espaciales del propio cuerpo.
• Localización de los objetos con respecto a su cuerpo.
Los ejercicios concretos de cada uno de estos puntos están pensados siguiendo la evolución normal del niño en lo que se refiere a la aparición y desarrollo de estas adquisiciones.
CONOCIMIENTO DEL PROPIO CUERPO :
• Señalar al niño las partes de su cuerpo a la vez que se las nombra.
• Primero, las fundamentales; cabeza, brazos, tronco y piernas.
• Luego, con detalle, dedos, cadera, barbilla, etc.
• Decirlas y que él las vaya señalando.
• Señalárselas y que él las nombre.
• Localizarlas y nombrarlas conjuntamente en su cuerpo.
• Se les hará observar que el cuerpo de las demás personas tiene los mismos miembros y órganos y, en consecuencia, localizará y nombrará conjuntamente las partes del cuerpo de otra persona, un compañero, etc.
• Se les indicará la simetría que existe en el cuerpo humano, por consiguiente, la duplicidad de miembros y órganos y cómo, precisamente los que no son dobles-la nariz, la boca- nos indican el centro.
LOCALIZACION ESPACIAL RESPECTO DEL PROPIO CUERPO :
Se darán nociones tales como:
Arriba (la cabeza)
Debajo (los pies)
En medio (la cintura)
Lado derecho (ojo, ceja, oreja, brazo, mano… derecho).
Lado izquierdo (idem)
Delante (cara, pecho, vientre, etc.)
Detrás (espalda, glúteos, etc.)
Ejercicios con un elemento; cierra el ojo derecho, levanta la mano izquierda, coge el lápiz con la mano derecha, etc.
Ejercicios con los elementos combinados :
Del mismo lado: con la mano derecha tócate la rodilla derecha.
De diferente lado: con la mano derecha tócate la rodilla izquierda.
LOCALIZACION DE LOS OBJETOS CON RESPECTO A SU CUERPO :
– Las nociones son las señaladas para el punto anterior incluyendo las de cerca y lejos, pero proyectadas en los objetos que ordena al niño. Por ejemplo; ¿dónde está la puerta? “La puerta está a mí derecha, o detrás, o lejos, etc.
– Con los ojos cerrados y en una habitación conocida por el niño se le pedirá que vaya hasta un objeto concreto. Por ejemplo “vete hacia el armario”.
– También con los ojos cerrados se le dirá “da un paso a la derecha, dos hacia la izquierda”, etc.
– Los niños cogidos de la mano en forma de corro girarán a la derecha, a la izquierda, etc.
– Con una cuerda de saltar, deberán moverla en un sentido u otro arriba, abajo, hacia la derecha, etc.
– Combinación de 2 posiciones: Arriba a la derecha, arriba a la izquierda, etc.
ADQUISICION DE NOCIONES TEMPORALES MEDIANTE EL RITMO :
La maduración de las nociones temporales se facilitará también trabajando sobre sonidos y ritmos que se dan en una estructura temporal.
Los ejercicios aconsejados de este tipo son:
– Distinción de sonidos por su intensidad su tono y su timbre.
Por ejemplo, la campanilla de la puerta y el sonido del teléfono; instrumentos musicales haciendo notar la diferencia de vibración, según sean la cuerda o de percusión, etc.
– Ejercicios de ritmo que pueden partir de reproducción de golpes de tambos palmadas, etc.; hasta terminar con reproducción de estructuras rítmicas más complejas, que atiendan a la duración de las pausas y sonidos. Para este nivel, se pueden realizar ejercicios de este tipo:
Golpe de duración normal o golpe de larga duración
Pausa normal
Pausa larga
Todas estas actividades deben acompañarse en lo posible de metrónomos e instrumentos musicales que faciliten al niño la comprensión del ritmo.
NIVEL ESCOLAR :
El niño que ha superado el nivel de iniciación se encuentra con nuevos obstáculos que dependen de las exigencias escolares como de su propio trastorno. Las actividades para esta etapa de corrección de la dislexia tratan de salir al paso de estas dificultades, siguiendo la línea marcada en las anteriores a la vez que suponen un mayor grado de complejidad.
Se suprimen algunos ejercicios sensoperceptivos, como los de colores, tamaños, etc; pero conviene reforzar otros, para los que no se ha conseguido una total autorización, como los de esquemas corporal y espacio-temporales. La recuperación de la dislexia se centra ahora fundamentalmente en ejercicios de lectura y escritura, en conexión con el lenguaje, prestando una atención especial a las sílabas inversas y compuestas.
Los aspectos que se tratarán en este nivel son:
– Ejercicios de actividad mental.
– Ejercicios de lectura.
– Ejercicios de lenguaje
– Ejercicios de grafía y escritura.
– Ejercicios perceptivo-motrices.