Diversos autores afirman que la dolarización motiva el crecimiento de las exportaciones, pues se reduce la volatilidad del tipo de cambio real dando mayor certeza de la rentabilidad futura de los sectores productivos.
La evidencia empírica muestra que luego de la ruptura de Bretton Woods aumentó la volatilidad del TCR y TCN. Sin embargo, existen diferentes posiciones en cuanto a la relación entre la volatilidad del TCR y la flexibilidad del régimen cambiario.
La literatura sobre las causas y consecuencias de la volatilidad del tipo de cambio puede clasificarse en tres grupos. El primer grupo (Mussa 1986, Grilly y Kaminsky 1991) trata la relación entre la volatilidad del TCN y TCR. El segundo grupo estudia la fuente de la volatilidad del TCR y si es causada por shocks reales o nominales. El tercer grupo investiga el impacto de la volatilidad del TCR sobre el comercio.
Entre los que defienden la existencia de una relación positiva entre la volatilidad de corto plazo del TCR y la flexibilidad del régimen cambiario están Mussa (1986) y Eichengreen (1988). Los argumentos en favor de dicha relación suponen que con la existencia de mercados financieros integrados el TCN es principalmente afectado por capitales especulativos de corto plazo y con la presencia de precios pegajosos la volatilidad nominal se traslada a volatilidad real.
Por el contrario, Grilly y Kaminsky (1991) critican la existencia de dicha relación argumentando que la volatilidad del TCR depende de las características del período que se estudie y no del régimen cambiario existente, en su estudio encuentran que la distribución de la tasa de cambio mensual del TCR es la misma bajo un régimen fijo y uno flexible para el período previo a la Segunda Guerra Mundial y diferente para el período siguiente.
En general, la literatura no permite establecer un consenso en cuanto a la relación entre el régimen cambiario y la volatilidad del TCR, pero sí parece existir un acuerdo sobre el efecto negativo de la volatilidad del TCR en términos macroeconómicos, pues la volatilidad del TCR afecta fuertemente sobre variables como consumo, inversión, flujos comerciarles y eventualmente el patrón de crecimiento de largo plazo.
Estudios encuentran que las uniones monetarias tienen un efecto positivo en el crecimiento y la integración comercial vía reducción de volatilidad del TCR. Ejemplos de ellos son Panizza, Stein y Talvi (2000) y Rose y van Wincoop (2001). Los últimos, mediante el uso de modelos de gravedad demuestran que los miembros de las uniones monetarias tienen patrones de comercio bilaterales mayores y concluyen que la reducción de las barreras comerciales en los países americanos mediante el establecimiento de uniones monetarias o dolarización resultaría en incrementos del comercio internacional.
Por otra parte, los opositores argumentan que la volatilidad del TCR puede ser favorable para el comercio internacional. Asseery y Peel (1991) encuentran que el beneficio surge al ver el comercio como una opción financiera mantenida por las firmas, la cual sube de valor con aumentos en la volatilidad del TCR. Además, diferentes organizaciones internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional recomiendan a los países que buscan expandir sus exportaciones devaluar sus monedas y reducir las barreras comerciales dejando a un lado consideraciones del impacto de la incertidumbre del TCR sobre las exportaciones.