El Juego Simbólico.

Para Peinado (2018), el juego simbólico ejercita simultáneamente las diversas áreas del desarrollo infantil porque se le atribuye la función de transformación de los materiales para construir nuevos escenarios y mundos ficticios, asentados en su experiencia, fantasía y su propia historia familiar. Producto de esta comparación pueden distinguir cuál es el mundo real y decir que al reproducir el mundo irreal están jugando (Villalobos, 2009). Al jugar simbólicamente el niño transforma y adecua diversos materiales para crear y representar distintas realidades que construye en su mente.

El juego simbólico aporta varios beneficios para los estudiantes, que a continuación se presenta:

  • El juego simbólico es muy variado, destacando la estimulación y desarrollo de la creatividad y la imaginación. Desarrollo del pensamiento lógico y estratégico en la resolución de problemas cotidianos.
  • Desarrollo de habilidades en los niños para convertirlos en más eficientes y eficaces a la hora de abordar o afrontar conflictos.
  • Permite al niño representar situaciones mentales reales o ficticias.
  • Desarrollo de habilidades cognitivas a través de juego de estrategia y de lógica, lo cual brinda resultados positivos en educación a la hora de lograr los objetivos educativos con cada tema de orden lógico matemático análisis de lecturas y comprensión lectora.
  • Aprendizaje de hábitos, recoger objetos, juguetes, y materiales usados para el juego, fomenta los valores de orden y limpieza y desarrolla hábitos en niños pequeños.
  • Se estimula la inteligencia interpersonal la sociabilidad de los niños por lo que se incrementa su capacidad socioemocional.
  • Estimulación eficaz del lenguaje hablado, se genera debido a la interacción social de los juegos de roles, creativos imaginativos de representación y estratégicos.

Secuencia metodológica.
Se plantean tres momentos que permiten a los niños diferentes espacios de representación:

Planificación.
De acuerdo con la información del MINEDU (2016), planificar es el arte de imaginar y diseñar procesos para que los estudiantes aprendan. Parte por determinar claramente el propósito de aprendizaje. En este proceso, es importante considerar las aptitudes, las necesidades, los intereses, las experiencias, los contextos, entre otros factores, de los niños y las niñas, así como prever, organizar, reflexionar y decidir sobre recursos y materiales, procesos pedagógicos y didácticos, interacciones, estrategias diferenciadas, clima de aula, contextos socioambientales, entre otros, que hagan posible el proceso de enseñanza, aprendizaje y evaluación para alcanzar dicho propósito (p.36).
Se establecen tres aspectos: la organización del espacio donde van a jugar, se establecen o recuerdan las normas de convivencia entre los niños durante el juego, y los niños interactúan para expresan a qué les gustaría jugar, con qué juguetes desean hacerlo y con quién les interesaría compartir este momento.

Organización del espacio y materiales.
Según el Currículo Nacional (2016), en el nivel de Educación Inicial, la organización de los espacios educativos, el uso adecuado y pertinente de los materiales y recursos educativos, así como el rol docente brindan entornos e interacciones que permiten tener un clima favorable para el aprendizaje. Estas son condiciones claves que favorecen y garantizan el desarrollo del potencial de los niños y las niñas.

 

Normas de convivencia.
Son reglas básicas de conducta que determinan cuál es el comportamiento adecuado en un lugar específico, para cohabitarlo pacíficamente con los demás.

En ese sentido, las normas de convivencia comprenden una serie de deberes y normas de obligado cumplimiento, fundamentadas en el respeto mutuo, la tolerancia y el desempeño compartido de los deberes.

Para que funcionen, por demás, deben ser conocidos y comprendidos por todos los que deseen compartir el espacio físico en cuestión, o formar parte del grupo social que lo hace, y por esa razón a menudo son contenidas en textos escritos: carteles, folletos, anuncios, etc.

Antes del juego, estas normas de convivencia se deben elaborar o recordar con todos los participantes.

Interacciones.
En las interacciones, los niños aprenden a cómo iniciar y mantener relaciones sociales, la forma de negociación y el compromiso, la forma de resolver los conflictos y la manera de entender y aceptar a las personas que son diferentes a ellos. Son un elemento fundamental para construir un ambiente propicio para que los niños y niñas desarrollen procesos de pensamiento de orden superior.

Desarrollo del Juego.
Los niños juegan en un espacio de manera autónoma, un proyecto de juego supone que el niño inicia, desarrolla y plasma su idea y la convierte en acción, se dan también las negociaciones con otros niños con respecto a los juguetes que cada quien usará y los roles a representar. Conforme los, niños desarrollan su proyecto de juego, este va creciendo en intensidad, pero a veces también se estanca. Es necesario observar la dinámica del juego, de manera activa como parte importante del rol del docente.

Observación.
Para realizar una buena observación es necesario que esta sea permanente y tenga como objetivo conocer a los estudiantes de forma detallada y a profundidad. Esta técnica se tiene que complementar con un registro individual para comparar como inicio y que logros ha alcanzado cada estudiante. En el instrumento de registro puede ser un cuaderno de campo, anecdotario, gráfico, etc.; deben consignarse observaciones objetivas, en otras palabras, los hechos se deben registrar tal como han sucedido y detalladamente sin ninguna interpretación o juicio de valor (NRCEHS, 2013).

Se sugiere que los registros de observaciones se realicen el mismo día que se realizó la observación, esta tiene que ser narradas detenidamente, de forma clara y precisa. Asimismo, es importante considerar en el registro el aspecto emocional que se observa y la respuesta que generan o reciben al contacto con otros (Sánchez, Fiestas, Garrido y Vila, 2016).

El registro que se realiza debe responder a cuatro ítems: ¿A qué juega el niño? ¿Con quién juega?, así como la actitud del niño y las reflexiones que pueden estar orientadas a los progresos o problemas identificados (Silva, 2009).

Representación de roles.
En la interpretación de roles, los participantes adoptan e interpretan el papel o rol de un personaje que puede ser real o irreal, parte o grupo que pueden tener personalidades, motivaciones y trasfondos diferentes de los suyos. La interpretación de roles es similar al drama improvisado o teatro delimitado por unas reglas externas en el cual los participantes son los actores, los que interpretan los roles.

Detección de problemas.
Durante el juego a través de la observación se puede detectar problemas como trastornos por déficit de atención, problemas de pronunciación y muchos otros más.
• Los problemas de pronunciación pueden derivar de que el niño no quiere avanzar de fase y sigue pronunciando como si fuera un bebé porque quiere seguir recibiendo los afectos de los padres y tiene miedo de que al pasar de fase de bebé a niño los pueda perder. En estos casos, es muy importante reforzar su autoestima y nuestro cariño y confianza en él.
• Lo mismo ocurre con algunos casos de niños con problemas de socialización o encontrar amigos. Suele ocurrir que estos niños han sido víctimas de alguna burla en algún juego o actividad en el pasado y su autoestima ha quedado lastimada. Entonces para evitar esta situación, evitan jugar con otros niños pensando que les va a ocurrir igual.
• Otros problemas de comportamiento son derivados de querer llamar la atención portándose mal, hacer lo contrario de lo que dicen sus padres porque para ellos lo importante es que se hable de ellos, aunque sea para mal.

Acompañamiento.
En el acompañamiento los niños socializarán, luego harán una representación y por último la meta cognición.

Socialización.
Los estudiantes verbalizarán a que jugaron, con quienes jugaron, como se sintieron y que pasó en el transcurso de su juego.

Representación.
Los estudiantes de manera individual o grupal, representarán lo que jugaron a través de los diversos lenguajes como la pintura, el dibujo, el modelado, etc, de acuerdo a sus intereses o su experiencia.

Metacognición.
Se retoma el dialogo en este momento con la finalidad de abstraer los aprendizajes espontáneos, los niños responden algunas preguntas. Estas preguntas ayudan a pensar en los aprendizajes que han logrado. Pueden ser aprendizajes sociales, emocionales, matemáticos, lingüísticos, científicos, musicales, entre otros.