EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA PSICOLOGÍA: ¿LA PSIQUE, LA MENTE O EL COMPORTAMIENTO?

Como el estudio de la psique griega, o el alma de las filosofías dualistas, o la mente de los filósofos y psicólogos del siglo XIX, fue definido tradicionalmente el objeto de estudio de la psicología. En las concepciones filosóficas de la psique y el alma hubo variaciones y no se trató de un punto de vista unitario como algunas veces se pretende.
Las filosofías orientales, el budismo, el taoísmo, el confusionismo, tenían concepciones de la “mente” o del “psiquismo” que no eran concordantes con las conceptualizaciones griegas y cristianas.

Con el desarrollo de la ciencia moderna, con Descartes, la conceptualización del universo de Newton, el estudio de la mente se movió entre el campo de la filosofía y el campo de la ciencia. En las obras de los empiristas británicos y sus continuadores en varios países de Europa, siempre se consideró la posibilidad de un estudio objetivo, empírico, científico de la mente.
Descartes se ha considerado como el primer gran psicólogo de la edad moderna. (Watson y Evans, 1991, p. 157). Su teoría mecanicista del cuerpo humano tuvo gran influencia en la cosmovisión del Renacimiento. Describió el cuerpo humano por analogía con las acciones de relojes y otras máquinas. Las funciones del cuerpo como la respiración, la digestión, el sueño, la imaginación, los apetitos, las acciones del corazón,  eran formas de movimiento que seguían naturalmente de los arreglos de las partes componentes.
El cuerpo humano es una máquina, como lo son los animales. Pero existe una diferencia importante y es la mente humana, el cuerpo y la mente interactúan uno con el otro, lo cual vino a denominarse dualismo interaccionista. El alma está unida con el cuerpo, que lo usa como un instrumento. Un animal es un autómata mientras que los seres humanos poseen mentes.

Esta conceptualización ha sido denominada como el Mito de Descartes. Reside en afirmar que cada ser humano tiene un cuerpo y una mente, esta puede seguir existiendo y funcionando después de la muerte del cuerpo. Un ser humano vive dos vidas, se mueve en dos mundos, el externo y el interno. Una persona posee un perfecto conocimiento del funcionamiento de su mente pero no tiene acceso a la vida interna de los demás. Nunca es posible saber si lo que afirmamos sobre los sentimientos de la otra persona es verdad. Es lo que Ryle (1949) llama el dogma “del fantasma en la máquina”.
La acción de la mente según Descartes es inespacial, no accesible a la observación pública, no modificada por la materia. La mente es invisible, inaudible, sin tamaño ni peso.

Las críticas contra esta concepción dualista -que corresponde en términos generales a la concepción usual, de la vida diaria, que las personas poseen en la cultura occidental acerca de la mente- vinieron de muchas direcciones. Ante todo de la ciencia, de la fisiología, de la naciente psicología experimental y también de la misma filosofía. Se señaló que al describir las acciones internas de la mente de una persona nos estamos refiriendo en realidad a sus actos abiertos, externos. La “mente” no es un lugar, ni siquiera de manera metafórica. Cuando utilizamos adjetivos “mentales” para referirnos a las personas, estamos describiendo lo que ellos hacen, no los procesos ocultos o lo que se supone que ocurre en la corriente de la conciencia. Estamos describiendo el comportamiento.

Los seres humanos no son máquinas cabalgadas por espíritus. El dogma del fantasma en la máquina no resiste ningún análisis en profundidad, neurológico, psicológico ni tampoco filosófico.
Entonces, ¿cuál es el objeto de estudio de la psicología a la luz de estos desarrollos? La respuesta ha sido durante el último siglo: el comportamiento. Aquello que los orga nismos hacen, lo que aparece en el exterior. La psicología es la ciencia del comportamiento, como afirmaron muchos investigadores antes de Watson (1913) pero que tuvo su principal desarrollo con el conductismo.

El problema era definir lo que se entiende por comportamiento. Existe en todo el universo, se comportan los astros, los elementos químicos, los animales. A la psicología le interesa fundamentalmente el comportamiento de los organismos humanos y no humanos.
La psicología no es la única ciencia interesada en el comportamiento. En realidad todas las ciencias lo están. Es un hecho que los fenómenos biológicos, sociales, culturales, económicos, políticos, tienen un fundamento conductual de gran relevancia. Esto ha dado origen al concepto de ciencia del comportamiento, una de las cuales es la psicología, siendo otras la antropología, la sociología, la economía, la ciencia política, la lingüística, etc. En algunos contextos se utiliza el término “ciencias sociales” en otros “ciencias humanas”, además de “ciencias del comportamiento”.

Las variadas definiciones de comportamiento han ido mostrando cada vez más amplitud conceptual, o sea incluyendo dentro de ese concepto más aspectos y factores que antes no se incluían. En el APA Dictionary of Psychology (2007) comportamiento se define como: “las actividades de un organismo en respuesta a estímulos externos o internos, incluyendo actividades objetivamente observables, actividades introspectivamente observables… y procesos inconscientes”. (p. 107)

Comportamiento es lo que hacen o dicen los organismos. Comportamiento es la acción que influye sobre el ambiente y cambia la probabilidad de repetición de dicho comportamiento. Es el conjunto de acciones, cogniciones, intenciones y procesos que llevan a cabo los organismos dotados de sistema nervioso. No sólo los seres humanos y los monos superiores, sino todos aquellos organismos cuya estructura biológica les permite conectarse en forma adaptativa con el ambiente, les permite aprender y modificar su comportamiento con base en las experiencias. Es un proceso muy ligado a la adaptación, al aprendizaje, a las predisposiciones genéticas, a la evolución filogenética y ontogenética.

En todo esto se encuentra el problema del nivel apropiado de explicación para los fenómenos psicológicos, el problema del reduccionismo, la autonomía de la psicología, su relación con las neurociencias, la biología, la genética y la evolución. Asuntos que han tenido importancia central en todo el desarrollo de la disciplina, desde los empiristas británicos, los experimentalistas alemanes y mucho más atrás en el tiempo. ¿Depende acaso la psicología de la biología? ¿Es la psicología sólo una ciencia biológica? ¿Son preferibles las explicaciones fundamentadas en las neurociencias a aquellas que se centran en el nivel comportamental? O por el contrario, ¿se aprende más acerca de los fenómenos psicológicos estudiando el ambiente social que realizando operaciones de microcirugía en el cerebro de las personas?

La influencia del contexto de las ciencias naturales, de la llamada filosofía natural, ha sido decisiva en el desarrollo del campo de la psicología. La psicología comenzó como ciencia “natural” según la terminología contemporánea, aunque en el siglo XXI es también una ciencia social (o ciencia del comportamiento, o ciencia humana).