Según Flores (2019), la gestión estratégica de costos aborda un bloque compuesto por tres temas: el análisis de la cadena de valor, el análisis del posicionamiento estratégico y los generadores de costos, en la cual los costos son examinados de una manera estructurada y ordenada, y de esta forma se logra evidencia primordial para que la organización pueda tomar decisiones para mejorar en todos los procesos y lograr la satisfacción de sus clientes.
Para Inga et al (2020), la gestión estratégica de costos reside en profundizar en los procesos que involucran la cadena de valor desde un aspecto global y permanente, lo cual servirá como guía para optimizar las capacidades de empresa en el aspecto interno y proyectarlo hacia el aspecto externo; asimismo es importante mencionar que esta data es importante para mantener a la empresa en marcha.
Reveles (2019) menciona que se utiliza también para mejorar la competitividad de la empresa de manera sostenible, lo cual ayudará a mejorar la productividad y conseguir que sus productos y/o servicios sean de calidad y; asimismo, optimizar los procesos de manera óptima, por lo cual la gestión estratégica de costos se transforma en un instrumento de decisión estratégica.
Del mismo modo, Morales et al (2018) afirman que tiene como fin entender la distribución de costos de la organización e identificar las debilidades, y con base en el análisis de esta información, tomar decisiones para corregir estas falencias con el objetivo de lograr ventajas competitivas que permitan a la empresa ser sostenible en el tiempo.
Cadena de valor
De acuerdo con Porter (2016), todas las empresas cuentan con una cadena de valor semejante, la cual incluye actividades como materia prima, diseño de productos, edificación de plantas y servicios a los clientes. Según David (2013), es el proceso por el cual se identifica el costo asociado con las actividades de la empresa. El objetivo es determinar los pro y contra del bajo costo en todas las actividades de la cadena de valor.
Según Tous et al (2019), la cadena de valor es el instrumento básico para disgregar los procesos de la organización en sus aspectos estratégicos y entender el comportamiento de los costos y fuentes de diferenciaciones actuales o potenciales. La organización logra una ventaja competitiva si desarrolla estas actividades, las cuales son estratégicamente importantes, de bajo costo o con una mejor eficiencia que la competencia. Según Caja (2018), las organizaciones para crear ventajas competitivas, tanto el personal como los directivos deben trabajar en equipo y fijarse metas; asimismo, deben identificar actividades que no aporten valor a la organización y minimizarlas y/o eliminarlas para disminuir costos y gastos que conllevarían a un mayor margen de rentabilidad. Asimismo, las áreas funcionales de una organización, entre las cuales se mencionan el área de producción, marketing, desarrollo de productos, servicios, sistemas de información, administración de materiales y recursos humanos, son aspectos que se deben tomar en cuenta para disminuir los costos y optimizar de esta manera el margen de utilidad (valor) de los bienes y/o servicios y lograr un mejor poder de negociación con los clientes.
Según Calatayud (2019), la Cuarta Revolución Industrial y las nuevas tecnologías digitales prometen generar beneficios sin precedentes para las cadenas de suministro y, con ello, para las economías de la región; asimismo, menciona que las cadenas de valor varían de acuerdo con las diversas actividades que realizan los diferentes tipos de empresas. Por ejemplo, en una empresa papelera, se incluyen en su cadena de valor aspectos como la reforestación, tala de árboles, molinos de pulpa de papel y producción de papel; en una empresa productora y comercializadora de concreto se deben incluir aspectos como cemento, arena, piedras, mezcla o preparación, etc. Por otro lado, es recomendable que las empresas usen el análisis de la cadena de valor para lograr desarrollar y alimentar una competencia básica y transformarla en una competencia distintiva.
Posicionamiento estratégico
Según Munuera et al (2020), el posicionamiento estratégico de una empresa tiene un rol importante pues unifica el análisis del sector y el competitivo con el análisis corporativo interno. De acuerdo con estos tres aspectos la empresa puede determinar una posición estratégica que permita a la entidad responder lo siguiente: ¿cuál es nuestro producto?, ¿Qué deseamos? y ¿Qué debemos hacer para llegar a eso? El no contar con una posición en el mercado y la inexistencia de un plan de acción para lograr una posición en el mercado puede conllevar a resultados negativos.
Entre los análisis a realizar para lograr implementar una estrategia de posicionamiento y visualizar la posición real de la organización en el sector en el que desarrolla sus actividades pueden ser considerados los que se muestran a continuación:
- Priorizar al cliente. Para lograrlo es importante hacer un análisis de mercado el cual reconocerá quién y cómo es el cliente actual o potencial y que es lo que le gusta.
- Estimar el tamaño del mercado y la etapa del ciclo de vida del producto y/o servicio que produce la organización.
- Saber en qué lugar o área promocionar el producto y/o servicio y asimismo determinar el precio mínimo y/o máximo que los compradores están dispuestos a pagar.
Generadores de costos
Están relacionados con el hecho de que los costos son generados por muchos factores. Los generadores de costos guardan relación con: (1) el monto de la inversión, (2) la manera de integración horizontal y vertical, (3) la eficiencia del proceso de producción, (4) la maquinaria y/o equipos utilizados y (5) la complejidad en el proceso productivo. Según Flores (2019), el costo es una inversión en las que la empresa incurre para elaborar un producto y/o prestar un servicio, con el objetivo de que genere ingresos a la empresa.
Según Bravo (2000), el costo puede determinarse teniendo en cuenta lo siguiente: Materiales primas y materiales en los que se debe incluir los costos de compra, más todos los gastos incurridos para situarlos en el lugar asignado para ser utilizados en las actividades de producción entre los costos de compra deben incluirse fletes, gastos aduaneros, seguros, etc.; también se deben incluir las mercaderías en tránsito, anticipos a proveedores que incluyen el tipo de desembolso efectuado a proveedores a cuenta de sus pedidos.
Por otro lado, en lo referente a los costos de producción, Reveles (2019) manifiesta que se debe incluir la capacidad de producción no utilizada, pues existen periodos en las que las organizaciones trabajan a una menor capacidad de producción, es decir, no operan al 100% de su capacidad instalada; esto puede deberse mayormente por una menor demanda o la estacionalidad de sus bienes o productos, lo que origina algunos gastos que distorsionan los costos de producción. Además, se deben incluir los castigos de inventarios, los cuales se dan muy a menudo por muchos motivos como; apreciaciones en lo que se refiere a productos desfasados o de baja rotación. Asimismo, se deben considerar las mermas, desperdicios o desmedros anormales de materia prima que es habitual, en las organizaciones industriales en lo que se refiere al proceso de producción, entre las causas de estas ocurrencias se pueden mencionar el no dar un mantenimiento preventivo a la maquinaria de manera periódica, inexperiencia de los técnicos y/u operarios, etc.
También se debe considerar en el costo; la producción en proceso pues las organizaciones en las que su proceso productivo es continuo, existen la necesidad de contar con información contable y se debe efectuar un corte de operaciones y por lo cual, los bienes y/o productos terminados que se encuentren en proceso deben valorarse adecuadamente de acuerdo con los diferentes niveles de progreso que posean individualmente los elementos que constituyen su costo.
Por último, se deben tomar en cuenta los artículos terminados, incluyendo los que se encuentran en almacén y están listos para su comercialización dentro del curso habitual de las actividades de la organización y lo estimado será registrado y tendrá equivalencia al costo de producción en lo que se refiere a empresas industriales y al de las compras cuando se trate de empresas comerciales.
Moquillaza (2000) indica que los costos fijos son los que permanecen estables a pesar de que la producción y/o ventas se eleven. En este caso se pueden mencionar los arrendamientos, servicios de telefonía e internet, sueldos del personal administrativo, etc. Según Flores (2019) en lo relacionado a los costos fijos manifiesta que son desembolsos operativos, que no fluctúan en relación con el volumen de producción. Se puede mencionar alquileres, gastos administrativos, sueldos, etc. Asimismo, los costos fijos son los que persisten de manera estable y sin variaciones en su magnitud dentro de un periodo establecido, independientemente de cuales sean las alteraciones registradas en el volumen de las operaciones que se den en la empresa.
Por otro lado, Reveles (2019) menciona que los costos variables son los que varían en proporción al volumen de las operaciones. En este caso se podría mencionar a los materiales, materias primas e insumos que se necesitan para la elaboración de un producto, así como las comisiones por ventas que se les debe cancelar a los vendedores por colocación de ventas. El mismo autor, en lo relacionado a los costos variables afirma que son desembolsos operativos que fluctúan en función con las ventas o con el volumen de producción. Es decir que a mayor producción mayor aumento; por lo que, si se duplica la producción, el costo variable también se duplicará, pues si aumenta la producción se necesitará mayor cantidad de materiales, materias primas e insumos; por otro lado, si la producción decrece en 50%, el costo también decrece en un 50%.
Según Inga et al (2020), las materias primas son los elementos que se utilizan para la fabricación de un producto, integrando ellas mismas el producto; pero las cualidades del producto resultante son diferentes a las materias primas que lo integran. Por otro lado, los materiales directos son esenciales para la fabricación y/o elaboración de un producto. Sin ellos es imposible elaborar un producto. Por ejemplo, en el caso de una empresa panificadora que requiere de harina, levadura, etc., para de esta manera elaborar los panes.
Flores (2019) menciona que los costos semivariables son desembolsos que no siempre guardan una proporción constante con el volumen de producción. Se pueden mencionar en este tipo de costos los servicios como el agua, energía eléctrica, telefonía y la supervisión los que, en muchos aspectos, lo componen una fracción fija y otra variable, pero no se da en relación a los volúmenes de producción, sino que corresponden a determinados volúmenes de actividad.