Fuente: Diario Gestión
Este grupo se encuentra en la etapa propicia para comenzar a dominar su campo laboral, según una fuente consultada por Forbes. El 70% de crecimiento del salario ocurre durante los primeros 10 años de ejercicio profesional.
Los veinteañeros atraviesan una etapa clave para la construcción de su futuro profesional, por lo que deben sacar el máximo provecho a sus capacidades y no dormirse en sus laureles, subraya la psicóloga Meg Jay, autora de The Defining Decade: Why your twenties matter—and how to make the most of them now.
1. Hacerse cargo de responsabilidades similares a las de los adultos:
Mientras que muchos jóvenes veinteañeros pueden resistirse a la idea de independizarse o conseguir un “trabajo real”, la psicóloga Meg Jay asegura que éste tipo de responsabilidades garantiza su felicidad. Los jóvenes que ocupan un puesto de trabajo se sienten más satisfechos con ellos mismos, a diferencia de quienes no gozan de un empleo.
2. Conseguir el mejor trabajo que pueda obtener:
Si el joven se esfuerza por invertir en su carrera, tendrá más tiempo para constuirla. De acuerdo a la especialista, el 70% de crecimiento del salario ocurre durante los primeros 10 años de carrera. Por este motivo, es necesario conseguir el mejor puesto de trabajo disponible para luego negociar lo que respecta al salario.
“Las personas que esperan hasta los 30 años para ponerse en marcha nunca van a ponerse al día”, sentencia Jay.
3. No tomar una decisión es una elección:
Cuando los jóvenes aún no saben a qué dedicarse y pasan la mayoría del tiempo en casa o en empleos temporales, poco estables y de bajo nivel, cosecharán resultados desalentadores. No tomar una decisión también es una opción. “Esos veinteañeros consideran que están manteniendo sus opciones abiertas, pero en realidad están cerrando las puertas”, advierte Jay. En el momento menos pensado, habrán pasado varios meses o el tiempo suficiente como para atascarse en el subempleo, mientras que otras personas de similar edad alcanzarán sus propios logros.
4. Tomará algún tiempo ser realmente bueno en el trabajo:
De acuerdo a la especialista, los trabajadores jóvenes aún están dando sus primeros pasos en el escenario laboral, por lo que necesitarán alrededor de 10.000 horas (o unos cinco años) para dominar realmente su trabajo.
Los colegas de mayor edad lucen más serenos y confiados, porque ya cuentan con experiencia. La psicóloga recomienda a los veinteañeros aprender todo lo posible en su primer trabajo y recordar que tomará algún tiempo ser verdaderamente buenos.
5. Alcanzar algo de perspectiva:
En los veinteañeros, suele predominar las emociones ante determinadas situaciones. Esto se debe a que el lóbulo frontal del cerebro aún no ha completado su desarrollo. A dicha característica se añade la poca experiencia laboral de los jóvenes. Es así que ellos son más propensos a magnificar, en sus mentes, los acontecimientos. Meg Jay aconseja tener algo de perspectiva, analizar a fondo las cosas. Escuche las críticas y aprenda de ellas.
6. Tomar en serio las relaciones amorosas:
Si se conoce a personas que se comprometen a una edad madura, ello no significa que se deba evitar una relación amorosa. Según la doctora Jay, los jóvenes veinteañeros se encuentran en la etapa propicia para aprender a tener relaciones saludables.
7. Pensar bien sobre la posibilidad de convivencia:
A pesar de que el porcentaje de parejas que cohabitan ha incrementado en un 1.500% desde 1960, según Jay, las parejas jóvenes no comunican con claridad acerca de lo que significa la convivencia para su relación. La cohabitación puede dar lugar a matrimonios que no son compatibles, advierte la experta.
8. Iniciar la planificación familiar:
Aunque la mayoría de veinteañeros aún no piensa en la fertilidad o en la planificación familiar, Jay asegura que debería hacerlo. En realidad, la fertilidad comienza a decaer significativamente a la edad de los 35 años y de manera espectacular a los 40. Este factor afecta tanto a hombres como a mujeres.
9. Ganar experiencias:
Jay sostiene que el cerebro no madura totalmente hasta los 25 años, aproximadamente, en particular las zonas encargadas del control de las emociones. Sin embargo, la especialista subraya la importancia de aprender y experimentar una serie de situaciones, así se podrá afrontar de mejor manera los incovenientes que se presenten en edad adulta.