Las tasas de interés representan el precio que negocia el ejecutivo de finanzas y que la empresa pagará al comprador de los valores que se ofrezcan. En cada ocasión y para cada tipo de valores habrá que negociar, ya sea directamente con el comprador o a través de su representante, la tasa de interés que se le pagará en caso de que preste o invierta su dinero en la empresa. Se puede decir que la tasa de interés es el precio del crédito que el acreedor otorga a la empresa. Se pueden aplicar muchas tasas diferentes, las cuales dependerán de las posiciones relativas de la empresa y del comprador potencial en el curso de las negociaciones, de las condiciones del mercado (oferta y demanda de créditos) y de las condiciones particulares de los valores que se ofrecen. Por otra parte, es evidente que las tasas de interés tendrán que fluctuar a medida que varíen las condiciones del mercado y las posiciones relativas de la empresa y de los compradores potenciales.
Las tasas de interés se expresan comúnmente en forma de porcentajes, por ejemplo, el 6% anual. Son bien conocidas las entidades bancarias que anuncian una tasa de interés del 5.5%. Aunque no se indique el periodo en que se pagarán intereses, se sabe que se trata de una tasa anual. Tanto en el caso de los préstamos como de los valores de la deuda que ofrezca la empresa, el costo de intereses se expresa como tasa anual.
Si la compañía Aries S.A. obtiene un préstamo del banco Oriental al 14%, pagará intereses del 14 por ciento anual mientras el préstamo esté vigente, aunque se haya negociado por menos o por más de un año.
Como las tasa de interés fluctúan según las condiciones del mercado y de acuerdo con la posición relativa de la empresa y de los compradores potenciales, la habilidad que tenga el director de finanzas para hacer coincidir sus ofertas de valores con un período en que las tasas de interés estén bajas, le puede ahorrar a la empresa una suma considerable.
Además, el bajo costo de los recursos puede hacer que los proyectos marginales resultante inversiones atractivas, incrementándose las utilidades de la empresa. Si por el contrario el interés es elevado, habrá que desechar los proyectos marginales. Las operaciones diarias de flujo de efectivo resultan afectadas también por la tasa de interés.
Si se incrementan, la deficiencia en el manejo de efectivo y la conservación de saldos ociosos resultarán más costosas. Las políticas de manejo de efectivo se tendrán que modificar para obtener ventaja de las mayores tasas de interés.