El comercio internacional involucra el intercambio comercial entre dos o más países, lo que fomenta la distribución de recursos entre ellos, es donde las teorías del comercio internacional buscan encontrar las causas y el estudio de los efectos sobre la producción y consumo de bienes y servicios.
Los modelos tradicionales pretenden explicar el comercio internacional basado en tres doctrinas: ventaja absoluta de Adam Smith, ventaja comparativa de David Ricardo y modelo de Heckscher-Ohlin que han ido determinando a lo largo del tiempo las causas del comercio internacional y los efectos para las diferentes economías, para las empresas y los consumidores.
El modelo de la ventaja absoluta de Adam Smith en donde tiene como sustento que los países se encuentran en la capacidad de producir bienes similares, pero lo racional sería comprar el más barato y por el lado de actividades económicas, lo racional sería elegir la que genera mayor ingreso de dinero. Entonces la ventaja absoluta de un país involucra la eficiencia en la producción de un bien, por ende, ningún país debería producir lo que puede comprar más barato de otro país. (Asturias Corporación Universitaria, s.f)
Sin duda, la postura de Smith toca a grandes rasgos, un modelo económico hoy en día abandonado por llamársele así, ya que dentro del comercio mundial explica la productividad en la producción de bienes, en donde un país puede ser capaz de exportar a otro si es más productivo, en relación a la producción a un menor costo.
El modelo de David Ricardo de la ventaja comparativa sostiene la importancia del beneficio mutuo y el libre comercio internacional, dando paso al concepto de ventajas comparativas o relativas que se refiere a los costos relativos de distintos bienes al interior de un país y los mismos en otro país, resultando conveniente especializarse en lo que relativamente sea más eficiente e importar lo demás, es por ello que en el comercio internacional se busca consumir la mayor cantidad de bienes sin el empleo de más recursos productivos sino su uso debe ser eficiente. (Lugones, 2008)
La posición de la ventaja comparativa, un enfoque nuevo en donde los países exportan los bienes de mayor productividad relativa, dejando de lado la idea de que un país solo es competitivo si supera a la productividad de otros. De esa manera, la productividad resulta efectiva al compararla con la productividad relativa de otros sectores internos.
El modelo de Heckscher-Ohlin combina aspectos de la ventaja comparativa y la especialización de un país, haciendo énfasis a los aspectos determinantes de la oferta, y en donde se presentan los siguientes supuestos: los factores de producción de bienes son el trabajo y el capital, la tecnología puede generar rendimientos positivos y decrecientes, así como constantes y a escala, finalmente la demanda será proporcional al consumo de bienes. (Oros, 2015)
La posición de Heckscher-Ohlin del comercio internacional indica que los países centran su producción de aquellos bienes haciendo uso del factor que se tiene abundancia y bajo esta premisa, se aborda la igualación de los precios de los factores entre los países que están inmersos en el comercio mundial.
A modo de conclusión, las teorías de comercio internacional intentan sistematizar el sustento por el cual el enfoque tradicional podría ser considerado insatisfactorio o insuficiente para lo que hoy en día se sabe y se lleva a cabo mediante negociaciones entre países.