La globalización económica provocó que las empresas se enfrenten a un entorno competitivo que implica conocer el mercado mundial y considerarlo como un escenario beneficioso para el desarrollo de todas sus operaciones, obligándolas a contar con una adecuada gestión de la logística con la optimización de recursos.
La logística internacional implica una mayor complejidad para el ingreso a mercados, pudiendo verse afectada por factores como las diferencias en las regulaciones de una contratación internacional, por ello es conveniente el uso de términos normalizados por la Cámara de Comercio Internacional (CCI) los que permiten adaptar el producto según las preferencias y tendencias de cada mercado, estandarizar las gestiones aduaneras propias de cada país tanto de salida como ingreso y finalmente del transporte internacional. (Cabrera, 2014)
Las oportunidades de negocio que brindan los mercados internacionales permiten a las empresas hoy por hoy asegurar una eficiente gestión de la cadena logística lo cual garantiza que puedan llegar a mercados de gran apertura comercial, dando paso a acuerdos estratégicos que perduren en el tiempo, siendo capaces de ser flexibles y adaptables a las tendencias del mercado.
En esa misma línea, la globalización ha permitido que la logística internacional sea un aspecto valorado, ya que hoy por hoy el comercio electrónico ha abierto las puertas a muchas empresas a involucrar la digitalización en cada proceso que desempeñan como una estrategia de negocio para reducir costos y tiempo.