¿Por qué los productores de café no están interesados en implementar nuevos métodos de recolección?


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José es tecnólogo en Gestión de Empresas Agropecuarias y líder de calidad y procesos de beneficio. Ha dedicado su labor a aprender sobre los diferentes eslabones en la cadena de valor agregado durante los últimos cinco años.

 

La época de recolección de café, si bien es precedida por labores vitales para la producción, es de gran importancia para el gremio. Paradójicamente, hasta ahora no se han adoptado a gran escala técnicas o tecnologías para hacer este proceso más eficiente en términos de costos, tiempo y requerimiento de personal.

En Colombia, por ejemplo, la cosecha cafetera genera más de 250 000 empleos y es realizada en su mayoría por hombres. Gran parte de estos empleos son informales debido a la migración que se vive en diversas zonas del país.

Tradicionalmente, esta labor es pagada de diversas formas. Por kilogramo de cereza recolectada o por día en las temporadas donde la cosecha es escasa. En otras ocasiones, es una labor no remunerada al ser la caficultura una actividad familiar.

Aunque parezca que no hay desarrollos de nuevos equipamientos para facilitar la recolección, en fincas pequeñas y grandes, diferentes a las que se pueden encontrar en Brasil, hay algunas alternativas disponibles. La pregunta, entonces, es por qué no son implementadas por los caficultores.

Para saberlo, hablé con Santiago Arango, productor de Café Vivorigen en Colombia, y José Gómez, caficultor guatemalteco de Finca La Bendición. Continúa leyendo y conoce lo que me dijeron.

Cerezas de café en diferentes estados de maduración

¿Por qué la recolección tiene tan poca intervención de la innovación?

Las labores de recolección pueden alcanzar entre el 30-50 % de los costos de producción del café. A veces, incluso, un poco más. La recolección es una labor más costosa que la misma fertilización de los cultivos. Cada vez es más complejo encontrar el personal idóneo para realizarla.

Para Santiago, hay varios factores que afectan en la innovación. “Por ejemplo, una topografía que no permite fácilmente la mecanización, que sería una de las formas de aumentar la competitividad del sector. En un entorno en el que el precio del café depende de lo que suceda en Brasil, un país con condiciones de producción totalmente diferentes, esto nos ayudaría a ser más rentables”.

Adicionalmente, el factor cultural o el cambio de paradigma en los recolectores o la mano de obra es otro punto importante. A la gente le cuesta adaptarse al cambio. “La mano de obra es flotante en su mayoría. A veces se comienza un proceso de sensibilización con la mano de obra para nuevas técnicas de recolección y cuando estás avanzando en el proceso la mano de obra cambia y debes empezar de nuevo”.

En cada enlace de la cadena de producción y transformación del café la deserción y/o rotación de personal es un asunto complejo. De manera indirecta incrementa los costos para productores, propietarios de cafeterías, entre otros.

“En países como en Guatemala, donde el fenómeno migratorio hacia Norteamérica es notable, el costo de la mano de obra es significativo y en ocasiones es necesario proveer alimentos a los recolectores para equiparar el jornal”, explica José.

Proceso de recolección de café

¿Qué nuevas técnicas de recolección hay?

Buscando hacer de la recolección una labor de mayor eficiencia, menor esfuerzo y menor costo, se han diseñado distintos equipos para la realización de esta actividad.

  • El canguaro: es una extensión de manga que se fija a las muñecas de quien recolecta y llega hasta el recipiente donde se dispone el café. La finalidad de estas mangas es reducir el movimiento de llevar las cerezas desde las ramas del árbol hasta estos recipientes. Con esta herramienta se puede recolectar de manera continua hasta llenar los canastos.
  • Las lonas de recolección: se extienden en el suelo cubriendo toda la superficie y así permiten que los recolectores dejen caer las cerezas al suelo para posteriormente levantar lo recolectado y que el proceso sea más rápido. Esta alternativa requiere de una capacitación precisa y de trabajo en equipo. Es un método de recolección que requiere una explicación precisa e incluso muchos asesores técnicos de las organizaciones que las proveen desconocen este producto.
  • Las derribadoras: son equipos que funcionan con motor y ejercen un poder de vibración para sacudir los arbustos de café y así derribar las cerezas que se encuentran maduras. Este mecanismo requiere del uso de lonas para acopiar las cerezas recolectadas y evitar pérdidas. Por el exceso de vibración o el fenotipo de algunas variedades, es posible llegar a derribar granos inmaduros.

“Lo ensayé en mi finca y me parece una buena alternativa, pienso que aumenta mucho el rendimiento de la recolección”, dice Santiago sobre las derribadoras. “Eso sí, le veo de desventaja que también tumba muchas cerezas verdes pero pienso que con la práctica del operario podría mejorar este tema”.

“Principalmente, no lo hemos implementado porque la gente está acostumbrada a otra forma de recolectar. Cuando viene la cosecha no encuentras con quién recolectar de esta manera”, explica.

En el caso de Jose, “las lonas de recolección o las derribadoras son una buena alternativa, aunque es difícil usarlas debido a la pendiente inclinación del terreno”.

Recolección selectiva de café

¿Por qué estos métodos no se han implementado a gran escala?

Principalmente, los nuevos métodos de recolección no se han adoptado por la influencia de factores como la costumbre, el costo de la inversión inicial en los equipos y la capacitación, las topografías con pendientes muy pronunciadas y los modelos de producción donde prima la densidad de siembra.

“Si el productor se interesara en implementar y aprender a recolectar con estas tecnologías, mejoraría el ingreso del recolector y el costo de producción”, afirma Santiago.

A pesar de eso, “como productor uno depende mucho del recolector. Cuando se le pide que haga las cosas diferente en la finca, muchas veces prefiere irse para otra finca. Esto puede convertirse en un riesgo para la cosecha”, explica.

Por otro lado, si las personas no han utilizado mucho las máquinas, inicialmente no va a haber un resultado positivo. “Es una cuestión de tiempo y como la mano de obra rota tanto, muchas veces ese tiempo no se alcanza a dar”.

¿Tienen el potencial de mejorar la eficiencia y reducir los costos de mano de obra?

La inevitable migración desde el campo a las ciudades y la mano de obra cada vez más escasa para realizar las labores del campo empiezan a afectar gravemente la producción a nivel global. En muchos países productores se extiende la preocupación en las temporadas de cosechas porque no hay personal suficiente para esta tarea y se corre el riesgo de perder porcentajes significativos de los frutos.

“Si un recolector pudiera recoger lo que recogen cinco personas, sería un aumento significativo en sus ingresos. Otra ventaja es que esto podría cambiar la dependencia de mano de obra, un problema que ya está afectando”, dice Santiago.

Es indispensable que la industria, aunque valore y de cierta manera romantice las labores artesanales o manuales, se cuestione cómo hacer que los productores optimicen sus procesos de recolección en el mediano y largo plazo. La adopción y adaptación a estas técnicas empieza a ser una necesidad más que una alternativa.

Por el contrario, José afirma que estas técnicas aumentan las pérdidas. “La derribadora tiende a tumbar ramas al igual que granos inmaduros, por lo que puede generar daños al cultivo”.

“Si no hay como coger la cosecha, inevitablemente habrá que usar otros métodos. La caficultura tiene que reinventarse, el uso extensivo de mano de obra no es viable ni sostenible”, resalta Santiago.

Selección de cerezas de café

Aunque en la mayoría de países productores de América Latina la recolección del café lleva décadas haciéndose de la misma manera, las nuevas coyunturas ponen en peligro la sostenibilidad de este enfoque.

Acudir a métodos innovadores puede ofrecer una alternativa a la escasez y altos costos de la mano de obra en el campo. Asimismo, puede hacer más eficiente el proceso de recolección y demandar menos recursos para los caficultores.

La cuestión será si los productores y los recolectores están dispuestos a cambiar su mentalidad y arriesgarse a implementar otras técnicas distintas a las que conocen.