Se desconoce con frecuencia la importancia que tiene el derecho para la humanidad, a veces se piensa que es un tema de interés exclusivo de legisladores, de abogados o de magistrados, ignorando la relevancia sustancial que ha tenido y tiene esta ciencia para todas las personas en general.
Se le denomina importancia universal a la notoria incidencia que han tenido las normas a lo largo de la historia de la humanidad. Es cierto que las normas legales son aquellas que son generadas por el Estado y si tenemos en cuenta que en los albores de la humanidad éste no existía como tal, no son sólo este tipo de normas las que han generado tal importancia, sino que son sus antecesoras las morales y las religiosas, las que coadyuvan con el objetivo y nos permiten postular la teoría que se desarrolla en este ítem.
Casi para nadie es un secreto, que las normas han sido fundamentales para la supervivencia de la especie humana, estableciendo las reglas de imperativa observación, bajo amenaza de sanción, con el firme fin de lograr la convivencia humana, difícil por naturaleza, como medio indispensable para ganar la batalla por la supremacía. Sin unión de humanos, mamíferos misántropos por esencia primitiva, la lucha por la supremacía y con ella la supervivencia de la especie hubiese sido imposible.
Es cierto que la inventiva humana ha sido el factor preponderante para la convivencia y para la supervivencia de la especie, pero aquella se plasma mediante las normas que quizás sea la creación más vital e importante de la humanidad.
A partir de su compenetración e interacción constante con la vida de los seres humanos, las normas legales, es decir el derecho, genera la moralidad, los criterios del bien y el mal que gracias a él son relativos, lo que es bueno para un sector de la humanidad es malo para otros y viceversa, tanto así que incluso nuestra psiquis, nuestras emociones y perjuicios, están determinadas por nuestra moralidad y si ella está dirigida por las normas, el derecho influencia notoriamente en la psicología de los hombres.
Se le denomina importancia particular a la constante intervención del derecho en nuestros actos cotidianos; la mayoría de las personas desconoce que viven en un mundo regido por el derecho y que sus actos más simples están previstos y normados por éste. Desde que en las mañanas al salir de casa y nos movilizamos en transporte público, pasando por el sándwich que compramos en la tienda, hasta que llegamos a nuestro destino en la universidad o en el trabajo, realizamos sendos actos jurídicos que apenas vislumbramos. Si todos tuviésemos conciencia de que todos los días ejercemos derechos y cumplimos obligaciones y que su ejercicio irrestricto y su cumplimiento imperativo está garantizado por el Estado, el país sería mucho mejor que ahora.
ACTO JURÍDICO.-
Es la manifestación de voluntad de una o más personas para crear, regular, modificar y/o extinguir una relación jurídica patrimonial o no patrimonial. Se dice que el acto jurídico es también un hecho jurídico voluntario y lícito. El hecho jurídico es toda situación voluntaria o involuntaria, lícita o ilícita que tenga connotación legal.
Todo acto jurídico es siempre un hecho jurídico, más no todo hecho jurídico es un acto jurídico. El asalto y robo es un hecho jurídico, pero no un acto jurídico; el alquiler de una vivienda es un acto jurídico y también un hecho jurídico.
REQUISITOS.-
Además de las condiciones que contiene el concepto, debido a que la figura del acto jurídico es formal por excelencia, existen para su configuración requisitos de cumplimiento imperativo, ausentes los cuales no existe acto jurídico, por su notoria invalidez. Las personas que intervienen deben ser capaces, el objeto del mismo debe ser físicamente y jurídicamente posible, el cumplimiento de la formalidad prescrita en la norma, cuando ésta exige una forma expresa y especial, y el fin del acto debe ser necesariamente lícito.