La humanidad ha convivido con la radiación y con los isótopos radiactivos desde la aparición de nuestra vida en el planeta Tierra, donde existían isótopos radiactivos de período de semidesintegración muy largo, como el potasio40, el uranio-238, el uranio-235 y el torio-232, así como los isótopos resultantes de la desintegración de estos tres últimos y la humanidad ha usado, cuando ha sabido y le ha convenido, algunos de estos isótopos radiactivos naturales, por ejemplo el radio-226 en técnicas terapéuticas y el uranio-235 en los reactores nucleares.
La Agencia de Energía Nuclear de la OCDE ha dado la siguiente definición para los residuos radiactivos: “Toda sustancia para la cual no está prevista ninguna utilización y que contiene radionucleidos en concentración superior a la que las autoridades competentes consideran admisibles en materiales que se van a tirar o que se van a manejar sin control”.
Hay dos grupos de actividades en las que se producen residuos radiactivos:
El primer grupo corresponde a las aplicaciones energéticas de la energía nuclear, o sea, a la producción de energía eléctrica. Es el grupo más importante. Las etapas que constituyen el ciclo del combustible nuclear y las centrales nucleares donde se quema este combustible son las grandes productoras de residuos radiactivos. Además habrá que sumar aquí los residuos que se produzcan cuando haya que descontaminar y desmantelar las centrales nucleares del ciclo del combustible, como son las propias plantas de tratamiento de residuos. En volumen, más del 95% de los residuos radiactivos tienen esa procedencia.
El segundo grupo lo integran las aplicaciones no energéticas de la energía nuclear y está relacionado con cuatro tipos de actividades: la producción de isótopos radiactivos, la investigación, la medicina y la industria. Este grupo se conoce como el de “pequeños productores” porque incluso en los países de tecnología avanzada, donde las actividades reseñadas están muy desarrolladas, el volumen de residuos radiactivos que generan es pequeño comparado con el originado en la producción de energía nucleoeléctrica, pudiendo afirmarse que siempre es menor al 10% del total, sin que esto quiera decir que su gestión deba ser menos rigurosa.
¿CÓMO SE CLASIFICAN LOS RESIDUOS RADIACTIVOS?
Para clasificar los residuos radiactivos se puede atender a su estado físico, tipo de radiación emitida (alfa, beta, gamma), contenido en radiactividad, período de semidesintegración de los radionucleidos que contiene, generación de calor, etc.
Por su estado físico los residuos pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos.
Por su contenido radiactivo se clasifican en residuos de baja, media y alta radiactividad. Usando unidades tradicionales, como es el curio (Ci), para la medida de la radiactividad, hay una regla simplista que permite tener idea del orden de magnitud del contenido radiactivo que corresponde a cada una de estas tres categorías. Residuos de baja actividad son los que contienen hasta varios milicurios (mCi) por litro de residuo, residuos de media actividad los que contienen varios curios por litro y residuos de alta actividad, varios cientos o miles de curios por litro.
Atendiendo a su período de semidesintegración los radionucleidos pueden ser de vida muy corta, corta o larga. Los radionucleidos de vida muy corta decaen rápidamente, por lo que no hay que tenerlos en cuenta pava un almacenamiento a medio o largo plazo. Por consiguiente, la gestión de los residuos radiactivos sólo cuenta realmente los de vida corta y los de vida larga. Cuando un residuo contiene sólo productos de fisión es de vida corta, aunque estén presentes los de período de semidesintegración más largo entre los productos de fisión, como el estroncio-90 (período de semidesintegración: 28 años); y el cesio-137 (período de semidesintegración: 30 años). Lo mismo ocurre con los productos de la activación neutrónica, como el cobalto-60. En cambio, los elementos actínidos (plutonio, neptunio, americio, curio) ‘ tienen períodos de semidesintegración más largos, como el Pu-239 con sus 25.000 años, por lo que los residuos que los contienen serán de vida larga.
Los residuos de baja y media radiactividad contienen sólo productos de fisión y de activación, por lo que lo normal es que su radiactividad decaiga a niveles de inocuidad en unos pocos decenios. Excepcionalmente, por un gran contenido en cesio-137 y estroncio90, este tiempo se puede alargar a 200-300 años.
Por el contrario, los residuos de alta radiactividad, que contienen el 99,5% de la actividad generada en la fisión y los transuránicos emisores alfa de vida larga, necesitan más tiempo para llegar a inocuidad, y son los que plantean los problemas más serios en la gestión de los residuos radiactivos, pues hay que aislarlos por períodos que pueden alcanzar entre 800 y 4.000 mil años.
Por razones operativas, existe también una división de los residuos radiactivos entre tecnológicos y de proceso. Los residuos tecnológicos son residuos de operación y mantenimiento y consisten en ropas de trabajo, materiales de limpieza y herramientas contaminados que es preferible no descontaminar y se consideran residuos radiactivos directamente. Los residuos de proceso consisten en materiales específicos del proceso usado, por ejemplo, los concentrados de un evaporador de aguas contaminadas.
Actualmente el interés está puesto en clasificaciones concretas para un determinado destino final de los residuos radiactivos. A este respecto, las comunidades científica, técnica y política internacionales consideran que el concepto de confinamiento de los residuos en el subsuelo terrestre (almacenamiento geológico) es un método asequible técnicamente y que proporciona el necesario aislamiento de los residuos y la necesaria protección al hombre. Así pues, la normativa básica internacional contempla esta ruta para los residuos, y para ella el OIEA ha hecho una clasificación genérica de los residuos en cinco categorías.
CATEGORIA DE RESIDUOS. OIEA. 1988:
- a) Alta actividad, vida larga.
- b) Media actividad, vida larga.
- c) Baja actividad, vida larga.
- d) Media actividad, vida corta.
- e) Baja actividad, vida corta.